Proyecto Esperanza, en el Día para la Abolición de la Esclavitud: “Esta lacra no es historia”

Las religiosas adoratrices recuerdan que “las víctimas de la trata son sometidas, en muchas ocasiones, a situaciones de esclavitud”

“La esclavitud ha existido de diferentes formas desde la antigüedad. Actualmente, a pesar de estar abolida formalmente y de ser ilegal en casi todos los países del mundo, esta lacra persiste de maneras más generalizadas y complejas que nunca: no es historia”. De esta manera lo denuncia Proyecto Esperanza, de las religiosas adoratrices, en el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud, cuyo objetivo es reclamar la erradicación de las formas contemporáneas de esclavitud como son la trata de personas, la explotación sexual, el trabajo infantil, el matrimonio forzado y el reclutamiento de niños para conflictos armados.



Según el Índice Global de Esclavitud, existen 45,8 millones de personas en el mundo viviendo en régimen de esclavitud moderna. “La esclavitud del siglo XXI es invisible y se nutre de la vulnerabilidad que generan la desigualdad, la discriminación, la pobreza y la impunidad, entre otros factores”, reconoce Proyecto Esperanza.

Cada año hay 2,5 millones de víctimas de la trata en el mundo, aunque se calcula que solo se identifica a 1 de cada 20. “No existe ningún lugar en el mundo a salvo de este crimen, ya que 142 países, que representan el 94% de la población mundial, están afectados por la trata, ya sea como país de origen, tránsito o destino”, indica la organización en un comunicado. Y añade: “Los tratantes aprovechan la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran la mayoría de las víctimas para captarlas, trasladarlas o alojarlas, a través de medios ilícitos (abuso de la situación de vulnerabilidad, engaño, coacciones, amenazas y/o violencia), con el fin de obtener un beneficio, económico o en especie, sometiéndolas a explotación”.

Cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Proyecto Esperanza trabaja desde 1999 con un enfoque de Derechos Humanos, perspectiva de género e interculturalidad, entendiendo la trata de personas como un fenómeno internacional muy complejo que requiere de soluciones globales y coordinadas y que supone además de un delito, una violación de los derechos humanos y una forma de violencia de género.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en particular la meta 8, que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, “no podrán ser alcanzados a menos que se intensifiquen en forma drástica los esfuerzos para eliminar la esclavitud”, denuncian, a la vez que piden un trabajo decente.

La congregación busco la sensibilización de la sociedad como herramienta transformadora. Desde el Área de Sensibilización, Proyecto Esperanza participa y genera espacios para difundir un análisis crítico sobre el fenómeno de la trata. Marta González, coordinadora de Sensibilización, explica: “Compartimos las conclusiones y los aprendizajes que obtenemos a través de nuestro trabajo de apoyo integral a las mujeres víctimas de la trata. Informamos y denunciamos en la sociedad y ante los poderes públicos, la existencia y las condiciones de esta forma contemporánea de esclavitud, formamos a profesionales que por su trabajo pueden entrar en contacto con casos de trata, para una mejor detección e intervención en los casos, y aportamos recomendaciones y propuestas para avanzar en la protección de las víctimas y la lucha contra la trata”.

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