A casi una semana de iniciadas las protestas en toda Colombia, la Iglesia en voz de sus obispos nuevamente ha expresado su enorme preocupación ante los acontecimientos que vive el país. Por ello, en un comunicado suscrito por Oscar Urbina, arzobispo de Villavicencio y presidente del episcopado, Ricardo Tobón, arzobispo de Medellín y vicepresidente, y Elkin Álvarez, obispo auxiliar de Medellín y secretario general, han apelado al diálogo, la reconciliación y el desarrollo integral.
Los obispos reconocen que las manifestaciones pacíficas son “el profundo anhelo del pueblo”, cuyo objetivo es cortar de raíz los problemas que los aquejan desde años, para avanzar por una senda democrática “hacia una nueva realidad de estabilidad social y de justicia”.
“Construir lo que nos falta”
Además han manifestado un contundente rechazo a toda forma de violencia y de incitación al caos como vandalismo, destrucciones, saqueos, terrorismo a través de redes sociales y, sobre todo, agresiones y atentados contra la vida y los bienes de la población civil y de los servidores públicos.
Los prelados insisten en la necesidad de dejar atrás la violencia, que contradice los propios reclamos pacíficos, porque “no se trata de destruir lo que tenemos, sino de construir lo que nos falta”, según han dicho.
Igualmente, han denunciado con preocupación que “en las recientes movilizaciones ciudadanas no siempre aparecen claros su origen y objetivos”, por lo cual “hay ciertas formas de manipulación política y se han percibido apropiaciones a favor de intereses particulares”.
La solución es de todos
La mañana de este martes, 26 de noviembre, los coordinadores del paro nacional se reunieron con el propio presidente Iván Duque, en el marco de la conversación nacional a la que el mandatario ha llamado. Sin embargo, no salió humo blanco, el grupo promotor entregó un pliego de 13 peticiones y pidió hacer una mesa unilateral –sin incluir a otros sectores– para dialogar con el Ejecutivo. Además, han hecho un nuevo llamado a paro para este miércoles, 27 de noviembre.
Ante estas posiciones, los obispos colombianos han reiterado que “este momento exige la construcción de un proyecto común de país”, por tanto la solución está en manos de todos, con responsabilidad y compromiso, deponiendo intereses partidistas e individuales.
“Es hora de servir con la totalidad de nuestras energías personales e institucionales por el bien común y afrontar este momento como una oportunidad para fortalecer la identidad y unidad nacionales y para edificar un país donde todos vivamos como hermanos”, han señalado los representantes de la Iglesia.
Foto: CEC
