El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, no se anda con circunloquios. Así lo ha demostrado durante su ponencia en el Congreso de Evangelización que este fin de semana organiza la diócesis de Getafe en el Cerro de los Ángeles.
“La devoción al Sagrado Corazón de Jesús es del Pueblo De Dios sencillo. No es para superdotados y engreídos”, considera el purpurado, que confirma su tesis con una prueba cotidiana: “La imagen del Sagrado Corazón preside los hogares más sencillos”.
El encuentro como base
“Vivimos unas vidas no del todo enamoradas de Jesús”, se lamentó el purpurado, que subraya cómo no se puede evangelizar “si no se está enamorado”. “¿Y cómo se enamora uno?”, lanzó el cardenal a un auditorio repleto de sacerdotes, religiosos y laicos. “Con el trato. Hemos de propiciar encuentros, citas para hacernos amigos del Señor”, expresó sobre la importancia que tienen en este sentido tanto la oración como los sacramentos. En esta línea de sana provocación a los asistentes al congreso, continuó el cardenal: “Cuando uno está enamorado, proyecta amor. El amor es expansivo, se expande en esa predilección que Dios tiene por los pequeños. El amor aguanta todo…”.
Omella reconoció, sin embargo, que no se trata de una misión no exenta de dificultades: “¿Que nos critican? Por Amor. ¿Que nos llevan a juicio? Por amor. Esto es lo que no entiende el mundo, que somos perseguidos por Amor”.
No a la tristeza
Desde ahí, el pastor de Barcelona llamó a los católicos a dar un paso hacia adelante desde la “alegría del Evangelio” que propone el Papa Francisco: “Basta ya de cristianos tristes”.
No menos audaz se mostró en el turno de preguntas cuando le interpelarón: “¿Es posible hoy vivir enamorado de Jesús y no morir en el intento?”. “Sí. ¡Cuánta gente entrega hoy su vida por Amor!”, sentenció el purpurado
