El cardenal Javier Lozano Barragán resume 40 años de obispo en cuatro palabras

  • El cardenal mexicano se encuentra de visita en el estado de Michoacán celebrando sus cuatro décadas de ministerio episcopal
  • Considera que este tiempo ha sido un verdadero regalo de Dios, y como tal, en esta etapa de su vida trata de compartirlo a través de la escritura

“Presbiterio”, “familia”, “católica” y “regalo”, son las cuatro palabras que, de acuerdo con el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, resumen sus 40 años de ministerio episcopal, 22 de los cuales los ha pasado en el Vaticano.

Lozano Barragán se encuentra desde hace unos días en México celebrando este aniversario en compañía de amigos y familiares. Este viernes presidió una misa en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe de la Diócesis de Zamora, en el estado de Michoacán, de donde es originario.

Presbiterio y familia

Durante la celebración, en la que estuvieron presentes los cardenales Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara, y Alberto Suárez Inda, arzobispo emérito de Morelia, así como otros obispos y arzobispos, Lozano Barragán reflexionó sobre lo que ha significado para él estos 40 años como sucesor de los apóstoles.

Para explicarlo, se refirió a cuatro grandes etapas, cada una de ellas resumida en una palabra. La primera, a la que llamó “Presbiterio”, la desarrolló en la Ciudad de México, como obispo auxiliar del cardenal Miguel Darío Miranda y Gómez en la tercera vicaría. Recordó que fueron poco más de cinco años en los que tuvo la oportunidad de establecer una relación muy estrecha con sus sacerdotes.

El cardenal Corripio me dijo: vas a ir a la zona periférica de México, donde se hace límite con Nezahualcóyotl. No había nada, sólo una docena de sacerdotes de la Arquidiócesis de México, unos 50 sacerdotes de las diversas diócesis de la república y unos 60 religiosos de 11 congregaciones y órdenes. Y con ese mosaico amarramos el presbiterio de la Arquidiócesis de México en la tercera vicaría”.

Asegura que trabajaron “felices, contentos; una alegría y un amor que nos unía a todos de una manera excelente. El primer regalo que me dio el Señor como obispo, fue, pues, entender al presbiterio, a los sacerdotes”.

Considera que la segunda etapa fue quizás la más preciosa: 12 años de obispo en la Diócesis de Zacatecas, y la palabra que la resume es “Familia”. Explica que junto su presbiterio se dieron a la tarea de organizar la diócesis por familias: cada 20 familias, una familia encargada de las otras 19, y el párroco al frente. “Fue una cosa fantástica. Me costaron lágrimas desprenderme de Zacatecas”, recuerda.

Católica y regalo

La tercera etapa de su vida, resumida en la palabra “Católica”, inició cuando invitó al papa Juan Pablo II a visitar la Diócesis de Zacatecas. El pontífice aceptó y estuvo ahí un día. “Después él fue por mí –comenta– y ya llevo 22 años en el Vaticano. Un día por 22 años… no me lamento”.

Durante esa etapa, el papa Juan Pablo II lo nombró presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, cargo que le permitió visitar 47 países de los cinco continentes, presentando el pensamiento, la doctrina y el Evangelio a nombre del Papa. “Ahí comprobé lo católico, lo universal. La llamada a la felicidad es para todos, nadie está excluido”, dice.

Y finalmente, la cuarta etapa de su episcopado es ahora que está jubilado, y la palabra que la resume es “Regalo”. “Todo ha sido un regalo –asegura– de tal manera que no me queda presumir nada. Y ahora yo lo regalo. Desde hace 9 años estoy tratando de regalar todo lo que antes me ha dado el Señor. Él me lo dio, y ahora tengo que regalarlo, escribiendo, compartiendo las experiencias que son fincadas sobre el fundamento que fue y es mi querida diócesis de origen, la Diócesis de Zamora”.

El cardenal Lozano Barragán fue consagrado el 15 de agosto de hace 40 años por el cardenal don Miguel Darío Miranda y Gómez, arzobispo de México, y por el obispo de Zamora, José Esaúl Robles Jiménez. Actualmente tiene 86 años de edad.

 

Foto: Diócesis de Zamora

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