Los cardenales de Manila y de Yangon, entre los refugiados rohingya

  • Los prelados de Filipinas y Myanmar se han sumado a los obispos de Bangladesh en una visita de dos días a los campos de refugiados del sureste del país
  • Estos campamentos acogen a cerca de un millón de desplazados que residen en unos 30 campos en toda la región

Son muchos los refugiados de rohingya que han hecho de su casa más o menos estable los campos levantados en el distrito de Cox’s Bazar, al sureste de Bangladesh. Hasta allí se han desplazado, para conocer de primera mano el trabajo de la iglesia local con esta minoría, los cardenales Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila (Filipina) y presidente de Caritas Internationalis, y el salesiano Charles Maung Bo, titular en Yangon (Myanmar) y presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia.

Los prelados visitaron los campamentos y también se han reunido con las autoridades que se encargan de la gestión de estos espacios que acogen a cerca de un millón de rohingya que residen en unos 30 campos de refugiados que hay en la región. La creación de estos campos se remontan a las oleadas de ataques militares que se vivieron en el estado de Rakhine (Myanmar) en 2016 y 2017.

Visión integral

Los responsables por parte de la administración valoraron de forma muy positiva esta noticia: “Les hemos pedido que continúen con el apoyo de la Iglesia. Creo que los cardenales tienen ahora una buena idea de los diversos retos por los que están pasando los refugiados, especialmente los riesgos durante la temporada de los monzones, así como los problemas de salud y medioambientales”, ha señalado uno de los funcionarios en declaraciones a UCA News.

Esta ha sido la segunda visita del cardenal Tagle a los campos de refugiados de rohingya, la primera fue en diciembre del año pasado. Los prelados visitaron y conversaron con algunas familias de refugiados rohingya en el Campo 4 y en el Campo 17 de Kutupalong, el mayor de los campos de refugiados en Cox’s Bazar, que alberga a más de 400.000 rohingya. Las familias agradecieron además poder comunicarse en su propio idioma con el cardenal Bo. Una visita que ha sido un motivo de esperanza para quienes siguen buscando su propio lugar en esta compleja sociedad asiática.

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