Giovanni Ricchiuti: “El celibato no es un dogma”

  • El arzobispo italiano de Gravina-Acquaviva delle Fonti, partidario de que los curas casados puedan volver a oficiar la misa
  •  El también presidente de Pax Christi reformó el primer piso de su palacio episcopal para acoger a los sin techo

giovanni ricchiuti arzobispo italiano de Gravina-Acquaviva delle Fonti

“No tengo nada en contra de que, en el futuro, la Iglesia puede reconsiderar una modificación de la disciplina sobre la naturaleza obligatoria del celibato para quienes aspiran al ministerio presbiteral. Obviamente, el Papa decidirá los tiempos y los métodos. Y los cierres mentales no ayudan en este sentido”.

Con esta claridad se ha manifestado el arzobispo italiano de Gravina-Acquaviva delle Fonti y presidente de Pax Christi, Giovanni Ricchiuti, en una entrevista con quotidiano.net, en donde también asegura que si la Iglesia, tras los dos recientes sínodos sobre la familia comenzó un proceso de discernimiento sobre la comunión de los divorciado vueltos a casar, “sería bueno” plantearse la cuestión de los curas casados que quieren volver a oficiar la misa, petición que recientemente ha hecho al Papa la asociación de sacerdotes casados Vocatio.

Al recordársele que el propio papa Francisco afirmó a su regreso de la JMJ de Panamá que “el celibato es un don a la Iglesia y yo no estoy de acuerdo con permitir el celibato opcional”, Ricchiuti afirma que “hice un voto de obediencia al Pontífice. Entonces, si él tiene la intención de posponer [el debate], seguiré sus instrucciones”, aunque en su corazón alientan otras soluciones: “Creo que el modelo de la Iglesia ortodoxa, que permite el matrimonio con un candidato para el diaconado y luego al sacerdocio antes de recibir el orden sagrado, puede ser una forma viable”.

A favor de los ‘viri probati’

Este arzobispo, que habilitó el primer piso del palacio episcopal para acoger a una quincena de personas sin techo, estaría a favor de que el Sínodo sobre la Amazonia, que se celebrará el próximo octubre en Roma, diese el visto bueno para la ordenación de los llamados ‘viri probati’, hombres casados de fe cierta y probada.

“Estoy a favor de esta solución, que aplicaría de manera generalizada. Junto a un clero célibe, completamente dedicado a la vida religiosa, habría sacerdotes a tiempo parcial que podrían hacer su contribución en una situación de grave falta de sacerdotes”, afirma el también presidente del movimiento católico por la paz en el mundo.

“Conozco a tantos sacerdotes casados. Y siempre me pregunto: ¿quién soy yo para juzgarlos?”, responde el arzobispo italiano a la pregunta de si estos curas casados son unos traidores, como se ha mantenido desde hace tiempo, porque habían fracasado en el compromiso adquirido el día de su ordenación.

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