Osoro defiende a Francisco de sus críticos: “No ideologicemos a Jesucristo”

  • El cardenal de Madrid pide apoyar las reformas del Papa: Leamos Amoris laetitia, que no la hemos cogido
  • En un coloquio en el Club Siglo XXI, asegura que la Iglesia de Bergoglio no ve pecadores a excluir, sino hermanos a abrazar

El cardenal Carlos Osoro, en el Club Siglo XXI de Madrid (28 de mayo de 2019)

Defensa cerrada del Papa, de su propuesta de reforma para la Iglesia, pero también de la cultura del encuentro que propone el pontífice argentino para un mundo que está ahora más pendiente de levantar muros que de apostar por la “caridad política”. Estas fueron las líneas maestras de la conferencia y posterior coloquio que protagonizó en la tarde noche del martes 28 de mayo el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en el Club Siglo XXI. Y un claro aviso ad intra para los críticos de Francisco en la Iglesia: “No ideologicemos a Jesucristo”.

Con el título de ‘Retos y propuestas del papa Francisco’, el purpurado –presentado por Paloma Segrelles y la periodista Cristina López Schlichting– hizo un somero repaso de las principales líneas maestras del entramado pastoral que ha montado Jorge Mario Bergoglio en estos poco más de seis años, y que calificó, subrayando las palabras, de “nueva etapa evangelizadora, con una nueva hoja de ruta, Evangelii gaudium, para los próximos años”, donde pretende “confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio y suscitar discípulos misioneros, protagonistas de vida nueva para este mundo”.

Una vida nueva con una apuesta decidida por la ecología y el desarrollo sostenible del planeta, con una economía que ponga en el centro a la persona, llamados todos y cada uno a la santidad personal y “a una nueva salida misionera, con una pastoral de conversión no solo pastoral, sino de las propias estructuras de la Iglesia, y haciéndolo todo desde el corazón del Evangelio”, apuntó Osoro.

Los que denigran el buenismo del Papa

Esta pastoral está llamada a dar lugar a una cultura del encuentro, aunque esta se encuentre en la propia Iglesia con sus primeros críticos. “La cultura que trata de denigrar la cultura del encuentro, y a quien la ha puesto en marcha, el papa Francisco, diciendo que eso es buenismo, que no es caridad, entonces quienes tratamos de contagiar la caridad contagiosa de nuestro Dios, ¿cómo vamos a caer en el malismo? Creemos en la capacidad de cambiar y enmendar errores, no vemos pecadores a excluir, sino a hermanos a abrazar”, señaló tajante el arzobispo cántabro.

“La cultura del encuentro –añadió– supone el reconocimiento del otro, del hermano, y supone reconocer que otros hermanos tienen el derecho de caminar por la tierra, y más aún si lo hacen por necesidad”, para lo que se necesita “una mística de ojos abiertos, para ser diligentes y cuidadosos con los demás, para lo que hay que tener una experiencia de Dios”.

Ya en el coloquio posterior, y ante buena parte de la Curia madrileña, el cardenal reiteró la necesidad de acompañar la reforma de Francisco, por ejemplo, en el tema de la pastoral familiar, para lo cual pidió “tirar de Amoris laetitia y leerla entera, no a trocitos, hacer caso al discernimiento y escuchar mucho, que es fundamental, porque cuando escuchas a la persona, puede que no haya solución, pero la persona se queda a gusto. Leamos Amoris laetitia, que no la hemos cogido”.

Francisco, más querido por los de fuera

Preguntado por qué hay tanta gente que en las sociedades acomodadas tiene miedo a la inmigración, en tanto que el Papa no la teme, Osoro contestó que la razón es que Bergoglio “cree firmemente en el derecho que el Señor ha dado a todo ser humano a caminar por esta tierra, lo que no significa que no haya que prepararse para ello, pero no se hace poniendo fronteras. Normalmente, los que salen lo hacen porque tienen hambre o huyen de la guerra. Y eso, los hombres lo podemos arreglar, y con la cultura de encuentro se arregla. No se arregla poniendo muros, cerrando puertas y ventanas. Así no se arregla la vida humana”.

El arzobispo madrileño negó también que la Iglesia esté perseguida en España. “Yo no lo creo, vivimos en una estado aconfesional y en él nos podemos mover no solo los católicos, sino los cristianos de otras Iglesias, los miembros de otras religiones y quienes no creen en nada. Hay que legitimar un Estado que defiende la libertad religiosa, y cuando se es un Estado aconfesional, significa que se defienden las libertades de todos”.

“No hay ningún partido cristiano”

A los que “sueñan con un partido cristiano”, el purpurado le recordó que “no hay ninguno”, pero considera legítimo “que un cristiano piense donde se puede lograr lo más próximo a lo que pide el Señor, porque no hay ningún partido que lo cumpla plenamente”. Eso, sí, añadió acto seguido: “Si un partido me limita libertades, hay que pensar qué hacer. Pero estamos pocos acostumbrados a pensar, y queremos que nos lo den todo hecho, que lo hagamos los obispos cuando escribimos una reflexión al respecto, cuando deberían estar contentos porque les damos una amplitud muy grande” para reflexionar por sí mismos.

Volvería Osoro a Francisco y a esa cultura de la ternura por la que también aboga el papa argentino, al señalar que lo primero que tiene que ofrecer la Iglesia “es la cercanía del Señor a la gente”. Y para ilustrarlo, narró la anécdota que le había sucedido el pasado domingo, cuando fue a oficiar una misa en una parroquia cuyo techo se incendió unos días antes en la barriada marginal de La Cañada Real, en la periferia madrileña.

“Se me acercó un chico –contó– y me soltó si yo lo bautizaría. ‘Claro’, le dije. Y lo recibí este lunes a las 11 de la noche. Y es que el Papa nos está pidiendo a nosotros una nueva forma de anunciar el Evangelio, lo que nos exige abrirnos, y dejarnos de ideología, para purificar la memoria, nuestro corazón y nuestra existencia dejando entrar al Señor”.

 

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