El Presidente de la CEM: “Que en Cuaresma crezca el anhelo de tener la santidad como meta”

  • Rogelio Cabrera pidió a los católicos “no bajar los brazos ni pensar que el mal tiene la última palabra” pese al clima de desesperanza que se vive en el país
  • Al inicio de este tiempo litúrgico hizo un llamado a practicar la mortificación, la oración y la limosna como herramientas para disponer el corazón a la Pascua

Con motivo del tiempo de Cuaresma que inicia este día, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Rogelio Cabrera López, hizo un llamado a “no bajar los brazos ni pensar que el mal tiene la última palabra”.

Tras señalar que en las condiciones actuales no hay lugar para pensar en un mundo donde reine la esperanza ni la posibilidad de un futuro mejor, dejó en claro que la fe cristiana dice otra cosa:

“A la luz de la pasión-muerte y resurrección del Señor, se han abierto caminos nuevos, la victoria de Cristo es también nuestra victoria y su lucha es también nuestra lucha”, dijo.

Para el también Arzobispo de Monterrey, es un vivo deseo que tanto sacerdotes, como miembros de la vida consagrada y laicos comprometidos se esfuercen de un modo especial en este tiempo cuaresmal “por llevar a sus corazones el anhelo una vida más profunda, de interioridad, donde la santidad sea la meta y el camino”.

Tres prácticas para lograrlo

Rogelio Cabrera llamó a aprovechar el inicio de este tiempo litúrgico para decir un “¡Hasta aquí!, ¡basta!” con relación a los pecados,  y hacer uso de las “herramientas básicas” para disponer el corazón a celebrar con fe la Pascua.

Se refirió a las prácticas de mortificación -como son el ayuno y la abstinencia- como fundamentales para fortalecer el espíritu, y así resistir al pecado y conquistar más fácilmente los bienes espirituales.

También habló de la oración: “es fundamental para mantenernos unidos al Señor. Es en la oración donde descubrimos nuestro pecado, ya que es el mismo Señor quien nos lo muestra (…) y nos mueve al arrepentimiento por medio del dolor de nuestras fallas para buscar después la reconciliación y la paz a través de los sacramentos”, dijo.

Sobre la limosna, aseguró que es una práctica necesaria, pues el compromiso de todo fiel cristiano es hacer el bien a sus semejantes, especialmente a los más pobres: “en nuestro entorno existen muchos hermanos que sufren, pasan carencias y necesitan absolutamente de la generosidad de los demás”.

Compromiso con la creación

El presidente de los obispos mexicanos también hizo referencia al mensaje de Cuaresma del papa Francisco, el cual se titula: “La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios”.

Al respecto, señaló: “Es precisamente por medio de la caridad y la atención a los más pobres donde la creación encuentra la respuesta a lo que busca: un mundo donde se viva en el amor y la justicia. Así es como podemos manifestarnos como hijos de Dios, haciendo el bien, sobre todo a los más desamparados”.

Cabe mencionar que este día, Rogelio Cabrera compartió la imposición de la ceniza en el Centro de Readaptación Social para mujeres en Topo Chico, Nuevo León. Hizo un llamado para que en este tiempo de ayuno y oración, “pidamos por todos aquellos que están presos, para que Jesús los fortalezca”.

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