Natalia Peiro, nueva secretaria general de Cáritas Española

  • Desde 2015, es la actual directora del Área de Comunicación, Sensibilización e Incidencia
  • Sucede en el cargo a Sebastián Mora, cuyo período ha estado completamente ligado a la crisis económica y financiera

Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas España 2017

Después de ocho años al frente de la Secretaría General de Cáritas Española, Sebastián Mora es sucedido en el cargo por Natalia Peiro. Así lo ha anunciado la propia entidad eclesial hoy jueves 14 de diciembre, al informar de que el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha ratificado el nombramiento, realizado por los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

Perfil biográfico

Peiro, casada y madre de cuatro hijos, es licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid.

Tras ingresar en Cáritas Española en 2002, su actual función –ejercida desde 2015– era la dirección del Área de Comunicación, Sensibilización e Incidencia. Antes, había sido directora del Área de Cooperación Internacional (2007-2015), técnico de Cooperación Internacional para los países de Europa Central y del Este (2005-2007) y secretaria de Dirección de Cáritas Española (2002-2005).

Ahora, como secretaria general de Cáritas, esta laica de 42 años asumirá también el cargo de directora ejecutiva de la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), que emite periódicamente los informes sobre la situación social de nuestro país (especialmente en el ámbito de la exclusión) más prestigiosos y reconocidos por las instituciones públicas y privadas centradas en esta cuestión.

“Mujer de profundas convicciones cristianas”

En el comunicado en el que hace público el nombramiento, Cáritas Española define a Peiro como una “mujer de profundas convicciones cristianas”.

Además, destaca en primera persona su satisfacción por pertenecer a una entidad eclesial como esta: “En Cáritas he tenido la suerte de conocer diferentes expresiones de esta acción social de la Iglesia y también, desde diferentes culturas en las que nuestra Iglesia se envuelve para mejor servir, he conocido la dedicación de muchísimas personas consagradas y laicas, voluntarias y contratadas, que, desde todos los puntos de atención, parroquias, proyectos y oficinas, me han enseñado cómo el compromiso con los demás va más allá de su tarea y crea unos lazos que nos hacen ser una familia universal, diversa y rica, pero la misma familia en cualquier rincón del mundo”.

Mora: dos mandatos en tiempos duros

Sebastián Mora

Sebastián Mora, en 2014

Por su parte, Sebastián Mora, tras completar dos mandatos de cuatro años (2009-2017), había solicitado abandonar el puesto. El suyo ha sido un tiempo histórico en el que Cáritas se ha constituido en todo un sostén a la hora de levantar a muchas familias y personas víctimas de una de las crisis económicas más devastadoras en nuestro país y a nivel internacional.

Basta con acudir a los datos; concretamente a los de la Memoria de Actividades de la entidad eclesial correspondientes al pasado año. Ahí nos encontramos con que en 2016 fueron atendidas por Cáritas Española 3.508.319 personas en todo el mundo; algo más de la mitad en nuestro país y el resto en otros 70.

Para ello, se destinaron hasta 358.154.826 euros, provenientes, en más de un 75%, de donativos privados. Pero si algo ejemplifica realmente este apoyo ciudadano es conocer su cifra de voluntarios, que ha crecido exponencialmente en los duros años de la crisis. De hecho, en solo cuatro años, desde 2012, se ha pasado de 70.229 a los 84.449 que había en 2016.

Un referente intelectual

Además de su labor representativa, Mora se ha destacado como un sólido intelectual, recorriendo España para ofrecer charlas en las que no dejaba indiferente a nadie.

En una de sus más recientes, pronunciada el pasado 21 de noviembre en el Foro Solidario de Caja de Burgos, causó un gran impacto entre el numeroso público con estas palabras: “Nunca ha habido tantos espacios para informar y, sin embargo, las denuncias no calan y la conciencia no crece en similar proporción. Puede que los que tratamos de sensibilizar no sepamos hacerlo. Y puede que, como sociedad, no queramos ver la realidad. Porque, a veces, cerrar los ojos es lo más adaptativo. Porque ver el dolor de cara es muy duro. Se dice que Alemania no vio el holocausto nazi, y hoy, en distintas facetas, nos rodean holocaustos de baja intensidad que no queremos ver”.

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