Tribuna

Sinodalidad: un ingrediente esencial para sumar

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Ser convocado al encuentro ‘Párrocos por el Sínodo’ fue un privilegio enorme y una experiencia que ha transformado fuertemente mi perspectiva pastoral y sacerdotal, enriquecida con la búsqueda de procesos sinodales en nuestra acción eclesial de tantos sacerdotes, de todos los rincones del mundo. Estar en un lugar católico, universal, donde estaban representadas prácticamente todas las culturas católicas de nuestro planeta, y congregados por el papa Francisco, nos permite ver toda la acción del Espíritu Santo que se sintoniza, se suma y nos da sentido a la labor que todos hacemos. La sinodalidad le pone la creatividad del Espíritu que tanto se necesita para llegar a tantos corazones, y que, el haber perdido en nuestra vida eclesial aspectos más sinodales, han hecho más difícil nuestro caminar hacia esos corazones y hacia ese remar mar adentro que nos pide Jesús.



En el proceso de este encuentro internacional surgieron varias cosas: la primera, el palpar ahí la existencia de Dios, mostrada en la diversidad de lenguas; escucharlos hablar y expresar su amor y su fe, y su celo pastoral en sus propias lenguas y con sus realidades, hablaba de ese llegar a todos los rincones de la Tierra, a donde todavía tenemos el reto. Lo segundo: que éramos de todas las características, no solo de países diferentes sino también edades distintas. Había gente que cumplía 50 años de ordenados, y uno que apenas llevaba seis meses: toda esa experiencia y diversidad nos enriqueció.

Había quienes buscaban una Iglesia más activa en lo social o más preocupada por la liturgia y por la catequesis, y aunque, al inicio eso generaba ruidos; sin embargo, se vio cómo toda la diversidad de carismas, cuando somos capaces de impulsarlos y ponerlos al servicio de la evangelización, todo empieza a tener sentido. Esa fue una de las constantes en el caminar de esta reunión, lo que le permite a la Iglesia dar sentido, renovarse, mantenerse en unidad; es la misión, construir el Reino de Dios en esta Tierra y la sinodalidad está hecha para eso, es el ingrediente esencial que nos permite sumar.

La sinodalidad debe buscar que todos seamos capaces de sumarnos en el caminar con Jesús; y si hay algunos que siguen quedándose al margen, la sinodalidad se queda corta, si en las periferias la Iglesia no se hace presente, la sinodalidad se queda corta. Caminamos todos con Jesús, ya luego en el camino discernimos todos y, cuando uno es capaz de sentirse incluido, entonces pueden surgir planteamientos muy ricos que nos permitirán saber qué es lo que hoy nos compete hacer para impulsar aún más la sinodalidad, así como la labor de una Iglesia misionera y llegar a cada vez más rincones de la Tierra donde la presencia de Cristo es necesario.

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