Tribuna

Sacrificios por la libertad o por la esclavitud

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Estamos llamados por Dios a encaminarnos juntos hacia la libertad, como lo hizo el pueblo hebreo cuando escuchó la voz de Dios, se echó a andar, y se liberó de la esclavitud imperial de Egipto y se fue a buscar la tierra prometida.



En su reflexión para la cuaresma 2025, el papa Francisco nos recuerda lo “difícil del camino” desde la esclavitud hacia la libertad y la importancia de que lo “hagamos juntos”, que nos escuchemos unos a otros, con respeto a la dignidad de todos, con amor, con mucho amor.

Nuestro amado Francisco, el “Profeta de la Misericordia”, es también el gran ejemplo de valentía. El trabajo hecho desde el cuarto de hospital, es inspirador para que nos esforcemos sin importar las condiciones por las que estemos pasando. Como cada cual tiene que meditar desde su realidad, la mía es la de isleño del Caribe y, todavía más, de la parte de nuestra región que permanece bajo la esclavitud del coloniaje.

Reflexiono que algunas de las dificultades y sacrificios con que nos encontramos en el camino tienen que ver con cuánto esfuerzo estamos dispuestos a emprender por la libertad y cuánto estamos dispuestos a sacrificar con tal de permanecer esclavos.

Recuerdo al salsero Lalo Rodríguez cantando la canción del compositor boricua Tite Curet Alonso ‘Máximo Chamorro’, en especial cuando dijo algo así como “la libertad es muy difícil, así dicen los cobardes. Amigo no es lo que cuesta, es mucho más lo que vale”. Cuando contemplo las penurias que muchos hombres están dispuestos a soportar con tal de permanecer esclavos del dinero, de los poderosos, no puedo menos que recordar lo que decía Tucídides en su ‘Historia de la Guerra del Peloponeso’ de que “por el afán de lucro, el débil se sometió al fuerte”.

Libertad Pascua

Peregrinos de la esperanza

Otro error al que somos propensos es confundirnos sobre aquello de lo que queremos liberarnos. La educación torcida de nuestra sociedad promueve la visión individualista de liberarnos de tener que amar al prójimo, de ser misericordiosos con el que sufre, de despreciar al desvalido y a todo aquel que ha quedado en las cunetas de los caminos de la vida. Esa supuesta liberación es una falsedad, como lo es liberarse de ser persona decente para poder perder todos los frenos al libertinaje.

Ambos errores obstaculizan nuestro camino de esperanza, ambos son versiones equivocadas de la salvación, como lo es la desacertada enseñanza de que la salvación es individual. En la realidad es todo lo contrario. Es allí donde hay dos o más reunidos en su nombre, donde está Jesucristo en medio de todos. Es allí donde doy de mí para los pobres y menesterosos cuando a Jesucristo mismo le doy amor. Es allí cuando dejo de mirar tanto mis aspiraciones para poner la vista y el corazón en ayudar a los otros cuando ayudo a construir el Reino de Dios en la tierra.

Concluyo, mi aporte con las palabras del Papa Francisco en su mensaje para esta cuaresma, enriquecida por la gracia del Año jubilar, en las que sintonizamos buscando transformar la vida. Comenta Francisco, “deseo ofrecerles algunas reflexiones sobre lo que significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria.

El lema del Jubileo, ‘Peregrinos de esperanza’, evoca el largo viaje del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, narrado en el libro del Éxodo; el difícil camino desde la esclavitud a la libertad, querido y guiado por el Señor, que ama a su pueblo y siempre le permanece fiel. No podemos recordar el éxodo bíblico sin pensar en tantos hermanos y hermanas que hoy huyen de situaciones de miseria y de violencia, buscando una vida mejor para ellos y sus seres queridos. Surge aquí una primera llamada a la conversión, porque todos somos peregrinos en la vida”.