Tribuna

Puerto Rico: voluntad electoral y conciencia colectiva

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En menos de dos meses, Puerto Rico tiene su cita de cada cuatro años con las urnas de las elecciones generales, en las que se sumarán los respaldos para los distintos partidos y los diversos aspirantes, cuenta que debe tener su punto culminante en el triunfo de uno de los candidatos a la gobernación y el fracaso de los otros cinco contendientes. Eso medirá la llamada voluntad electoral. Algo parecido ocurrirá con las demás candidaturas legislativas y municipales.



Al final del camino tendremos un puñado de triunfadores y un ejército de derrotados.

La medida de si se produjo una verdadera voluntad electoral estará en las manos, no de los que ganen, sino en la de los que pierdan. Es decir, será el compromiso de validar el resultado por parte de los que pierdan lo que garantizará el triunfo democrático de los que ganen.

Si los que pierden no reconocen ni aceptan el triunfo de aquellos que ganaron, entones perdió la alternativa electoral y el país se verá impulsado hacia otras formas de solucionar los conflictos políticos en su proceso histórico. Si los que ganan no reconocen el valor de ese compromiso democrático de los que pierden y se dan a la tarea de cometer barbaridades, iríamos por el mismo derrotero incierto.

Tiene que ganar la democracia

Ese compromiso de garantizar que, “gane quien gane y pierda quien pierda”, tiene que ganar la democracia es condición ineludible para que, después de las elecciones, todos podamos sentir que Puerto Rico completo fue el ganador.

El día de las elecciones contará igual el voto de los intelectuales y el de los analfabetos, tendrán el mismo voto los sobrios y los borrachos, los abusadores y los abusados, los honrados y los delincuentes. La urna electoral no distinguirá las creencias, preferencias, doctrinas, las buenas o malas costumbres. Ese día, cada uno de nosotros tendrá un poder que nos igualará a todos. Está de cada uno de nosotros escuchar lo que proponen los candidatos y tomar en cuenta lo que nos parezca importante, desde lo que digan en las campañas y los próximos debates hasta el historial de cada aspirante para meditar si sus palabras son retórica hueca o muestra de las luchas que han dado por el pueblo. Pero tenemos que tomar en cuenta que esa evaluación la hará cada cual, según su punto de vista, para luego depositar su veredicto en las urnas con una conciencia bien educada.

puerto rico

Hermanos, creo que ya tenemos suficiente experiencia en Puerto Rico para saber que el veredicto electoral no garantiza la convivencia social y democrática de los próximos cuatro años. Pero, de todas formas, el resultado electoral será algo que nos afectará a cada uno de nosotros durante años. ¡Alerta!

No me corresponde, por mi condición de cura, decir por quién me parece que se debe votar. Pero me parece que si hay algo que puedo decir. Ya que no importa quién sea cada uno, todos tendremos el mismo poder, vamos a usarlo con la conciencia de que lo que está en juego no es el beneficio particular o personal, sino el bien de esta patria que amamos y estamos construyendo juntos.

Que en nombre del Dios liberador, el resultado sea el proyecto social y político de una nueva nación asentada sobre la verdadera “amistad social”, al decir del papa Francisco.