Este tiempo, por la pandemia de Covid-19, ha sido insólito, hemos vivido un aislamiento obligado, la angustia y la muerte de personas muy queridas; estamos viviendo una crisis sin precedentes. Recordemos que la palabra crisis, en chino, se traduce como Wei Ji y está compuesta por dos caracteres, el primero es Wei, que significa peligro y el segundo es Ji, que simboliza oportunidad; entonces, crisis es peligro y también oportunidad. Tenemos la oportunidad de valorar todo lo que el Creador nos ha dado hasta el día de hoy y tenemos mayor fortaleza para resistir las situaciones venideras.
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Como Red de Educación de la CIRM (Conferencia de Institutos Religiosos de México) buscamos revitalizar la dimensión profética de la Vida Consagrada y su misión evangelizadora, propiciando una educación transformadora para formar testigos del Evangelio que incidan en la realidad; les invitamos, queridos maestros a celebrar. Sí, celebrar la oportunidad que tenemos de dar nuevo sentido a la educación.
Los maestros, en gran medida, hemos ayudado a resistir este momento a los niños y jóvenes, como dice el papa Francisco en la carta apostólica ‘Con corazón de padre’: “Cuánta gente cada día demuestra paciencia e infunde esperanza, cuidándose de no sembrar pánico sino corresponsabilidad. Cuántos padres, madres, docentes muestran a nuestros niños, con gestos pequeños y cotidianos, cómo enfrentar y transitar una crisis readaptando rutinas, levantando miradas e impulsando la oración”.
Muchas gracias maestros, por resistir, por acoger y ser solidarios, a pesar del cansancio que el teletrabajo ha significado; de la noche a la mañana los docentes nos hemos implicado y aplicado en la educación de nuestros alumnos, la gran mayoría nos hemos actualizado en el manejo de la virtualidad, muchos han ido más allá y han sido intrépidos al establecer otras opciones para impartir sus clases, el trabajo se ha multiplicado y hemos estado atendiendo a sus alumnos y a los padres de familia todos los días y a veces fuera del horario establecido.
Los docentes sabemos que implicarnos y apasionarnos por la educación, supone trabajar por dar a las jóvenes generaciones la posibilidad de ver este mundo con mirada crítica, donde sean capaces de entender los problemas y de plantear las soluciones que estén verdaderamente al servicio toda humanidad.
Ser creativos
Despertar, mirar, ser creativos son palabras que van teniendo mayor resonancia en la Red de Educación, pero no podemos hacerlo en solitario. En ‘Fratelli Tutti’ el Papa nos dice: “Nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga -una RED-, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos”. Maestros, sigamos SOÑANDO, soñemos… Soñemos en RED. Soñemos acompañados de otros interlocutores que también buscan una mejor educación; soñemos y hagamos un nosotros.
Ponemos la labor educativa de todos los docentes bajo las amorosas manos de María Inmaculada y de San José, que ellos nos acompañen y fortalezcan en este nuevo capítulo de la educación donde la invitación es mirar hacia delante.
