Haciendo eco… con los Catequistas (IV)

Queridos ministros:

Llegamos al final de este mes que quisimos dedicar a nuestro ministerio al servicio del Evangelio en esa doble fidelidad que nos caracteriza: a Dios y al ser humano. A su vez, ya vislumbramos los días venideros en donde el “lo que existía desde el principio” se hace mediación en la Sagrada Escritura.

Resonantes ministros:

“Al principio existía la Palabra” (Jn. 1, 1) Así comienza la traducción del Evangelio según Juan y se nos genera una fuerte colisión mental con consecuencias muy concretas. La primera, la palabra de Dios no es un libro ni un conjunto de ellos, porque la Palabra estaba “junto a Dios y era Dios” (Jn. 1,1).

Pareciera que ella es comunión de personas, porque es sinodal (junto a). También el vocablo “Verbo” que tiene varias traducciones puede ser interpretado con otras orientaciones que son existenciales. Una de ellas, es “cuenta”. Cuando leímos esta interpretación nos conmovimos profundamente, porque estaría en contextos de rendir cuenta, de explicación, de pedir cuentas… Nos asombramos, porque no sería tanto algo que los humanos “tenemos que” hacer hacía Dios, sino que la Palabra, es la manera en cómo Dios nos rinde cuenta de su existencia, de su amor, de su ternura.

Oyentes ministros:

“Al principio existía el Verbo” … Otro posible significado de este vocablo es “palabra” indicando expresión, dicho, enseñanza, profecía, como aquello que se predica, cuestión o tema de conversación.

Pareciera que desde estos inicios del prólogo la comunidad creyente, nos ubica en una dimensión de profunda conmoción porque no sería tanto “lo que decimos o predicamos de Dios”, sino que la Palabra es aquello que comunica la profundidad de la existencia de Dios (Concilio Vaticano II – DV, 1965), y que no es su obligación sino un querer hacerlo: Dios quiere comunicarse, quiere darnos a conocer su propuesta de salvación y liberación para hacernos partícipes de su propio misterio (DV 2).

Algunas traducciones afirman que “logos” puede ser entendido como “sabiduría o ley de Dios”. Incluso en estas significaciones podríamos contemplar que la Palabra es sabiduría, aquello que orienta y ordena la existencia junto a Dios, porque ella “estaba junto a él”.

Por esto, queridos catequistas más que parlantes, somos oyentes de esa pronunciación que Dios hace de sí mismo y que se comunica junto a nuestra vida (Curia, Christian, 2018, pág. 34).

Proyectados ministros:

“Al principio estaba junto a Dios”, es la traducción de “pros ton theón” y por la partícula “pros” más que ubicación al lado de, indicaría orientación, ordenación, dirección hacía…

La Palabra nos ordena, no en sentido de estructura y orden, sino de orientación hacía Dios. ¡Y todavía el texto no habla de un libro ni de un conjunto de escritos, sino de Dios mismo, él como ese primer motor inmóvil nos atrae a todos hacía si, diría nuestro amigo y hermano considerado Buey mudo (Aquino, Tomás de – Compendio de Teología, 1980). Quizás la experiencia de fe de nuestros hermanos musulmanes con uno de sus pilares en La Kaaba nos oriente: ellos van en peregrinación, caminando, giran en torno al lugar donde Allah se reveló. Ellos quieren expresar en este rito, que están orientados hacía y en el Misericordioso (Caspar, Robert, 1990).

Esta dimensión, queridos catequistas, reivindica nuestro ministerio en la iglesia, como aquel que hace resonar la voz de Dios que se comunica para hacernos felices, gozando de su revelación. Por esta identidad de comunicación Trinitaria, la catequesis está orientada a hacer eco de la Palabra, no para preparar a un sacramento y mucho menos para que “salgan vocaciones”.

La catequesis, es y quiere ser, ese ministerio ordenado a comunicar aquello que Dios quiere compartir “todo y sólo lo que Él quería” (DV 11) para encontrar el sentido de la vida (CEA – JEP, 1988) (#50-51).

Este ministerio eclesial, es tal, porque está orientado hacía… y aquí el prólogo del Evangelio según Juan, nos vuelve recordar la doble fidelidad que da sentido a la catequesis: A Dios y al Ser humano, porque la “palabra se hace carne” (Jn. 1, 14). Quizás sea necesario recordar que la fidelidad no es obsecuencia a la jerarquía, sino en tanto ella nos oriente hacia Dios y hacía el ser humano, y nos ayude a ser eco de la voz de Dios.

Ecos ministros:

Queridos hermanos, durante este mes, quisimos hacer catequesis de nuestro ministerio, es por ello, que deseamos y rezamos para que sigamos meditando que ser catequistas es “hacer eco” de esa Voz que se comunica con amplitud y diversidad para cambiar la matriz evangelizadora:

de una iglesia parlante a una comunidad oyente,
de una evangelización centrada en “el debe ser” y en las debilidades de las personas, a una iglesia que vive del Evangelio, que es tierna, acogiendo y conviviendo con el ser humano, como lo hace Dios,
de una propuesta que lleva la buena noticia a una que recibe el anuncio de la salvación de parte de otros,
de una sociedad perfecta que hace siempre lo mismo, a una comunidad que se deja inspirar por la presencia de lo sagrado en la vida de todos,
de una iglesia que todo lo planifica a una que se deja sorprender por el anticipo de la hora (Curia, Christian, 2018, pág. 34)

Feliz mes, catequistas ministros oyentes de la Voz de Dios que se comunica y está junto a nuestras vidas

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Trabajos citados

Aquino, Tomás de – Compendio de Teología. (1980). Compendio de Teología. Madrid: RIALP SA.
Caspar, Robert. (1990). Para una visión cristiana del Islam. Barcelona: Sal Terrae.
CEA – JEP. (1988). Juntos para una evangelización permanente. CABA: Oficina del Libro.
Concilio Vaticano II – Dei Verbum. (1965). Obtenido de https://www.vatican.va/
Curia, Christian. (2018). La #vida nos da #señales. CABA: PPC.