Tribuna

Flow: ¡semáforo vocacional!

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Es interesante seguir trabajando el cómo se pueden conectar contenidos del ámbito de los Recursos Humanos (RR. HH. para un servidor: RR.DD.) y el ámbito de la pastoral, especialmente, la de juventud. Creo que son “unas lentes” que pueden ayudarnos, con mucho, a conocer, acercarnos y abrazar más y mejor la realidad de los niños y los jóvenes, de cara a anunciarles el Evangelio.



El Flow

Vamos con ese Flow. Cuando nos disponemos a definirlo, encontramos que significa: “experiencia relacionada con el sentir, esa sensación de sentirse en flujo con la vida”. ¿A quién podemos preguntar si se da esta realidad individual, e incluso grupal en ellos mismos?

Pues, en nuestra Iglesia, a cualquier persona en relación con su vocación, con el ministerio que esté prestando en y desde ella, por ejemplo. Así las cosas, podemos pensarlo desde la vocación y el servicio del ministro ordenado, del religioso/a, del laico/a… Y es que cada uno de ellos, si son líderes, unas personas vocacionadas con Flow, serán personas en quienes se dará un auténtico compromiso y no un compromiso cualquiera, un compromiso de servicio.

¿Cuál es “la prueba del algodón” del Flow?

Cuando estás en y con Flow, en la vida, se siente en los siguientes aspectos:

  1. En lo que estás, pierdes la noción del tiempo.
  2. No se sabe cuándo termina la actividad y empieza uno y al revés. Ser uno con lo que se está haciendo. Si lo viéramos desde el punto de vista sacramental, ser Jesús para los demás, en lo que se haga y se viva.
  3. Lo que se vive es lo que llena, no la retroalimentación positiva que se pueda recibir (en ocasiones, en el ser cristiano, a veces incluso la retroalimentación negativa es la prueba de que se está viviendo en línea de Evangelio. Por lo menos, puede ser la evidencia de vivir las Bienaventuranzas con autenticidad).
  4. El tercer punto le da sentido a todo aquello en lo que se involucra la persona.
  5. Extrañas el futuro. Quieres volver a vivirlo.

¿Y si emparejamos persona con Flow con persona vocacionada, en relación con cómo detectarla tanto desde el interior de la persona, como desde fuera de ella? Según la “Dirección General de la Vocación”, aquí tenemos un semáforo vocacional en toda regla.

Semáforo vocacional

¿Y si esto que estamos compartiendo, a modo de “semáforo vocacional”, fueran pautas desde la que trabajar la pastoral juvenil y vocacional con nuestros jóvenes hoy, al vivir determinadas experiencias? Invitarles a aplicar estos cinco aspectos con lo que van viviendo: estudios, voluntariados, vida en pareja, distintas actividades, etc., puede ser una buena “óptica” para ver mejor y profundizar más en su Proyecto Personal de Vida.

Estamos convencidos de que si vivimos partiendo de este Flow aquí planteado y sus señales, sabiendo además que en el fondo hay Alguien que llama a ser perseverantes en lo que nos hace vivir así, en y con Flow, aumentarán las probabilidades de ser verdaderamente Jesús para los demás, cada uno desde nuestros talentos y cualidades.

Pon Flow cristiano en tu vida para ser uno con nuestro Padre Dios, como lo fueron Jesús y Él.