Tribuna

Cláudio Hummes: el arquitecto de la REPAM

Compartir

Ser el arquitecto de una obra tiene mucho que ver con el acto creativo. Esta acción requiere una gran capacidad innovadora, propositiva y creativa. Esta creación o “arquitectura” parte de las convicciones más profundas del sujeto que la emprende. También evoca la capacidad del ser humano hecho a imagen del primer Creador, el Dios de la vida.



Crear algo innovador requiere mucha capacidad de reflexión, contemplación, motivación, visión e inquietud. La Querida Amazonía enamora a la humanidad con su variada potencia de belleza natural y comunidades humanas que viven en estos territorios desde hace más de 10.000 años integradas con la madre naturaleza, al tiempo que otras culturas se han insertado allí en siglos más recientes. Pero esta espléndida belleza humana y paisajística sufre un preocupante grado de amenazas destructivas.

Esta mezcla de admiración y preocupación conmovió el corazón del eminente cardenal Cláudio Hummes cuando regresó a Brasil, tras retirarse de una importante misión en la jerarquía eclesiástica de Roma. Él mismo confesó su alegría por poder realizar, a una edad avanzada, su sueño de juventud de ser misionero en la Amazonía. Aceptó con agrado, en 2010, coordinar la importante Comisión Episcopal para la Amazonía de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, la CNBB.

La urgencia del tema “Amazonía” fue avanzando en la conciencia de la Iglesia latinoamericana y caribeña. Y este impulso se hizo mayor en 2013 cuando el amigo de Dom Cláudio, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, asumió ser Francisco en la Cátedra de Pedro. Era como si hubiera llegado la “plenitud de los tiempos” (cf. Gal 4,4).

Poner en práctica el proyecto

Ya se habían celebrado varios encuentros del Episcopado y de la Vida Religiosa entre los distintos países amazónicos. El Equipo Itinerante Intercongregacional e Interinstitucional celebró reuniones transfronterizas. Ya existían comisiones específicas, tanto en la CLAR como en el CELAM, relativas a la Amazonía y a Justicia, Paz e Integridad de la Creación (JPIC).

Había llegado el momento de poner en práctica la intuición pastoral de comenzar a articular la Iglesia a nivel panamazónico. Algunos dirigentes se reunieron para perfilar los primeros pasos de esta nueva “arquitectura”. Y en este prometedor esbozo destacaba la necesidad de un portavoz elocuente, comprometido con la causa, que hiciera visible la intuición en el contexto local e internacional de la Iglesia.

La sugerencia de que Cláudio Hummes llevara a cabo tan importante misión fue unánime. Pero no se trataba solo de necesitar a alguien que hiciera visible el anteproyecto. Era urgente que esta persona ayudara a discernir los pasos a dar en este camino, a indicar horizontes, a conectar a muchos actores, porque se trataba de la construcción colectiva de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM).

Una relectura de los caminos recorridos por la REPAM (creada en 2014) en sus ocho años de existencia revela lo importante que fue la visión y el compromiso de Cláudio Hummes en todo el proceso de arquitectura para la creación y consolidación de la red. En el camino de su nacimiento y crecimiento, se dedicó “de la mano”, “a pleno pulmón”, con “un brillo en los ojos” y un “corazón vibrante”. El Señor de la vida llenaba esta obra con “una medida buena, bien exprimida, sacudida, rebosante” (cf. Lc 6,38).

En este dinamismo emprendedor, bajo la dirección de Dom Cláudio, la REPAM trató de involucrar a todos los agentes posibles y necesarios en esta construcción: personas del territorio amazónico, especialmente los líderes indígenas, el episcopado y el clero, la vida consagrada, los agentes pastorales laicos, la Curia romana, las redes católicas internacionales, los formadores de opinión y los medios de comunicación.

Nunca estuvo solo

La REPAM ha ido creciendo en los países amazónicos y en sus ejes o núcleos temáticos que aumentan la visión panamazónica. Dom Cláudio nunca estuvo solo. Nuestro arquitecto contó con la adhesión de muchas personas de buena voluntad para construir esta carretera. Para no dejar de nombrar a tantas personas comprometidas con esta construcción, las representaremos en cinco personas de diferentes vocaciones que estuvieron muy cerca de Dom Cláudio en la construcción de la REPAM: un Papa, Francisco; un obispo, más tarde cardenal, Pedro Barreto; una religiosa, Irene Lopes; un laico, Mauricio López; y una indígena, Patricia Gualinga. Y así podríamos seguir llenando varias páginas con los nombres de personas e instituciones animadas, congregadas y comprometidas con las grandes causas de la ecología integral que propone la REPAM, fuente de vida en el corazón de la Iglesia.

El cuidado y la defensa de la creación de Dios asumida por la REPAM, con la visibilidad integradora de la fe y la justicia desde el territorio, ha iluminado otras iniciativas socio-eclesiales. Al fin y al cabo, toda buena obra no se basta a sí misma, sino que participa en un gran ecosistema que es vital para nuestra humanidad común. Por lo tanto, muchas de las experiencias provenientes de esta hermosa red eclesial han ayudado en la búsqueda de “nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral” propuesta por el Sínodo para la Amazonia (2019) y la consecuente creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA) en 2020, para dar visibilidad a la intuición de que todo está interconectado, como proclama insistentemente Laudato si’. Dom Cláudio estuvo siempre presente, animando y presidiendo tanto el proceso sinodal como la estructuración de la CEAMA.

Liderazgo de paso

En este profundo camino de apertura eclesial y sinodal, Dom Cláudio también supo realizar su liderazgo de paso. Por cada innovación eclesial amazónica que presidió, otros líderes asumieron sucesivamente el servicio de animación. Esta fue otra marca elocuente de nuestro difunto amigo Cláudio: el cuidado de que la misión de la Iglesia no se concentre en los mismos liderazgos, sino que haya un profundo proceso sinodal, de construcción colectiva, de corresponsabilidad, de un gesto co-creativo, muy bien manifestado en el camino de sucesión de los liderazgos.

La arquitectura de la REPAM y de las diversas organizaciones eclesiales con rostro amazónico fue diseñada e implementada por la profunda visión y dedicación de Cláudio Hummes y de las muchas personas e instituciones que se unieron a él. Su obra histórica, y ahora su intercesión, ayudarán a que la REPAM siga fortaleciéndose, como una “casa construida sobre roca” (Mt 7,24-25) y basada en el espíritu de Aquel que “hace nuevas todas las cosas” (Ap 21,5). Todo en favor de la vida humana y de los ecosistemas naturales de nuestro hermoso planeta.

Lea más: