Tribuna

Acción Católica Española, avanzando en sinodalidad

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Este fin de semana, las comisiones permanentes de los movimientos de Acción Católica Española: Juventud Obrera Cristiana (JOC), Acción Católica General (ACG), Juventud Estudiante Católica (JEC), el Movimiento Rural Cristiano (MRC), el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos (MJRC), Frater y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), hemos celebrado un encuentro en el que, desde nuestra metodología formativa y por medio de un ver, un juzgar y un actuar, hemos dialogado y reflexionado sobre la actual situación y sobre la manera de ir construyendo camino juntos.



La mañana del sábado la dedicamos a poner en común, cada movimiento, las claves de nuestros proyectos evangelizadores y los retos que consideramos que tenemos por delante. Al compartir nuestra manera de sentir, de pensar y actuar hemos visto nuestra coincidencias, debilidades y la riqueza y diversidad de la misión que, a pesar de nuestras dificultades, la Acción Católica sigue siendo una aportación de la Iglesia muy necesaria hoy.

Por la tarde, Jose Fernando Almazán, miembro del Consejo Asesor de la Comisión de Laicos, Familia y Vida, con su reflexión nos ayudó a replantearnos la identidad y misión de la Acción Católica hoy, insistiendo en la manera en que debemos de hacernos cargo del camino común que hemos de recorrer, haciéndonos conscientes de algunos problemas a superar y dando pistas para ir construyendo un quehacer común.

Pasos y necesidades

En los debates de los grupos y en la puesta en común del actuar se han ido señalando posibles pasos y necesidades a las que debemos dar respuesta:

  • Tenemos que hacer una reflexión al interior de cada movimiento y ver qué queremos construir juntos.
  • Cuidar las realidades diocesanas favoreciendo igualmente estos encuentros.
  • Dar continuidad a estos encuentros entre movimientos y empezar a plantearnos una programación conjunta de actividades y celebraciones para avanzar en lo común.
  • Promover apoyos concretos a los movimientos más necesitados, especialmente en relación a asegurar la presencia de consiliarios que acompañen a nuestros movimientos.
  • Compartir recursos y materiales que enriquezcan nuestra reflexión y nos ayuden a conocernos mejor.
  • Pedir a los obispos que nos sigan acompañando y caminen a nuestro lado en esta tarea.

En el encuentro ha habido tiempo para la oración y la celebración; para la escucha atenta, el diálogo y la convivencia; y hemos destacado la importancia de ofrecer una respuesta comunitaria en estos momentos.

Decíamos que “lo que nos importa nos duele” y desde la humildad de reconocer que “no somos nada sin los otros”, debemos valorar la importancia de ir haciendo Iglesia en salida. Sabemos que el camino no es fácil, que somos diversos, que la existencia de unos movimientos da sentido a los otros, y que debemos de cuidar, “gastar vida” y tiempo para la sinodalidad y así crecer en fraternidad.