Pliego
Portadilla del Pliego nº 3.224
Nº 3.224

El buzón de la Virgen de Fátima

Una hoja, escrita a mano, con un mensaje corto en portugués: “(…) Ya sabes quién soy. No es necesario describir mi persona…”. Otra hoja de papel, banal, completamente en blanco. ¿Enviada por correo a Nuestra Señora de Fátima o entregada en el Santuario? ¿Qué querría, con ese gesto, quien la entregó o envió?



Esas dos enigmáticas hojas, cada una conteniendo su particular misterio, han sido recopiladas junto con casi ocho millones de mensajes del mismo género en el Correo de Nuestra Señora. En él, como se verá, encontraremos muchos enigmas y declaraciones, ruegos de salud o de trabajo –para uno mismo o para otros–, amores prohibidos y confesados, desengaños amorosos, angustias existenciales, oraciones por la paz en el mundo y por la “conversión de los pecadores” o por la conversión de Rusia. E incluso súplicas por el fin de la guerra, por ejemplo, en las colonias portuguesas: en su dimensión política (la derrota de los “terroristas” o del “comunismo”) o en una esfera más personal (el regreso de un hijo, de un novio o de un nieto movilizados)…

Desde España, por ejemplo, entre las cartas que tratan de problemas personales, se encuentra también un mensaje político, propio de la época: una estampa ‘in memoriam’ evoca a Francisco Franco y pide su mediación orante ante Dios: “Caudillo de España, ante la presencia del Padre, invoca para nosotros que seamos generosos con el Señor, como lo fuiste tú. Que sirvamos a los hermanos por Dios, como los serviste tú. Que luchemos por España y por la Iglesia sin razones del ‘qué dirán’, como luchaste tú…”.

Datadas en junio y julio de 1966, desde Colombia, han llegado dos cartas escritas por la misma persona. Se podría decir que sintetizan el espíritu de una gran parte de los remitentes que escriben: “Todos deseamos ser mejores, muchísimo mejores, de lo que somos”.

En lenguaje muy personal

En todos los mensajes, el lenguaje es el de la época y el de cada persona, y una amplia mayoría pide –explícita o implícitamente– ser mejor: mejor persona, mejor padre o madre, mejor marido o esposa, mejor hija o hijo, mejor estudiante… Ya sea en general o en detalles que la persona considera como los más graves de su temperamento o comportamiento.

Correo de Nuestra Señora es la designación de la sección del archivo del Santuario de Fátima donde se guardan estas cartas, notas y todo tipo de misivas. Un retrato de la fe y la devoción que, hasta ahora, era prácticamente desconocido.

Este buzón contiene gran parte de lo que fue y es importante en la vida de millones de creyentes y devotos, ya sean portugueses, españoles o de decenas de países de todo el mundo: los ruegos para que hijos, nietos, prometidos o novios vuelvan de la guerra, sanos y salvos; para que el padre deje de pegar a la madre; para que el marido abandone su vida disoluta; para que se consiga el trabajo necesario o el noviazgo deseado; para que se resuelvan los problemas de salud o que se aprueben los exámenes para los que (poco o nada) se ha estudiado…

Necesidades universales

Sea cual sea su origen, las necesidades humanas son muy similares: en español, italiano, inglés o francés, los idiomas más frecuentes, se encuentran cartas y mensajes pidiendo “mejores condiciones de vida con unos ingresos acordes a nuestras condiciones”, un “trabajo satisfactorio”, “salud para los hijos”, la “conversión de nosotros, pecadores” o de los “pecadores” en general, buenos resultados escolares, un “novio simpático”, la paz en el mundo o la conversión de Rusia, la necesidad de “superar las dificultades económicas”, las intenciones del Papa o el éxito del Concilio Vaticano II. Y también está el que dice: “Ama a las personas”, o el que pide una “muerte feliz”, la que solo quiere ser más “agraciada”, el que desea poder disfrutar de vacaciones en verano, “no caer en tentaciones”, la “gracia de un buen invierno” o, simplemente, “noticias de Brasil, de mi querida hermana”.

Desde hace tiempo, España e Italia son los países con mayor número de peregrinos extranjeros en Fátima, si bien España ocupa el primer lugar según las estadísticas del Santuario: solo en grupos organizados, 27.000 peregrinos españoles acudieron al santuario portugués el año 2000; 34.000 en 2010; y otros tantos en 2017, año del centenario de las apariciones de Fátima.

Ante los ojos de quien lee estos mensajes, desfilan los secretos y dolores del alma, los anhelos, las ingenuidades, los miedos, las penas y las alegrías que llenan los días. Desde Andalucía, por ejemplo, una carta fechada en 1958 pide ayuda para un grave problema: “Mi querida madre de Fátima, de nuevo te escribo pidiéndote amparo y protección, (…) que haya paz en casa, que quien tú sabes deje el vino, por todos los que están en nuestra familia en pecado mortal (…) por todas las necesidades de la madre y su salud, que se arregle todo para que podamos ir a Lourdes…”.

Todo tipo de mensajes

¿Qué archivo es este? Al consultar las cartas y mensajes depositados en Fátima entre los años 1940 y 1977 (fecha límite de la consulta, para cumplir con las normas de acceso), se encuentra de todo: pequeños trozos de papel u hojas A3; hojas propias de cartas, tal y como se utilizaban en la época; tarjetas de visita o membretes de hoteles, escuelas u oficinas; mensajes cortos con pocas palabras o largas cartas de varias páginas; listas de peticiones o registros de oraciones y pequeñas (o grandes) penitencias; dibujos de niños en hojas ya utilizadas o creadas desde cero; “ramilletes espirituales” con una especie de inventario de lo que se consiguió realizar, o velas y corazones recortados y pintados con cortos mensajes.

Los propios soportes pueden traducir necesidades más materiales: un breve mensaje, también en español, aparece escrito en el reverso de una quiniela portuguesa…

Asimismo, hay listas de nombres por los que se pide a la Virgen. La tradición judía ha transmitido al cristianismo la importancia del nombre. La frase de la Biblia “el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob, el Dios de Moisés…” traduce la idea de que la revelación siempre se ha hecho a partir de personas concretas. En la actualidad, la oración cristiana conserva la idea de la invocación como forma de hacer presente, recordar, asumir una herencia o transmitir un testimonio. Escribir una lista de nombres –hay muchas, sobre todo en los mensajes en inglés– es, en este caso, una forma más íntima y concreta de consagrar a los seres queridos.

No se sabe con certeza cuándo comenzó esta tradición, que existe también en otros santuarios y lugares de peregrinación. Los mensajes comienzan a aparecer a partir de los años 40. Habían transcurrido más de dos décadas desde las apariciones de Fátima de 1917, cuando tres niños –Lucía dos Santos y sus primos Francisco y Jacinta Marto– contaron haber visto a la Virgen. (…).

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Índice del Pliego

“Por todas las necesidades”

“María Madre, te pido por todos mis hijos”

“Sabes que necesito que me ayudes”

“Madre es una palabra de protección”

“La familiaridad de Fátima es una revolución”

“Por que no haya guerras”

“Los enemigos de España y de la civilización cristiana”

De las peticiones a las gracias recibidas

“El fuego que llevo dentro de mí”

“Le pido a la Señora de Fátima que me saque de esta pobreza”

“Mis dolores por la salvación del mundo”

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