Editorial

Sumar vocaciones para cuidar cada vocación

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La decisión del Arzobispo de Mérida-Badajoz de trasladar a Salamanca a sus cuatro seminaristas, sumándose así al teologado de Ávila, pone una vez más de manifiesto la crisis vocacional que atraviesa nuestro país. Pero, sobre todo, vuelve a reivindicar la necesidad de una profunda reflexión conjunta sobre la formación de los futuros sacerdotes.



Sin estrategia común

Resulta llamativo que, hoy por hoy, en España no haya una estrategia episcopal común y solo exista un seminario interdiocesano. No tiene ningún sentido intentar mantener abiertos centros por si acaso o cerrarlos a matacaballo, cuando la radiografía de la realidad habla por sí misma y pone en evidencia el descenso del ingreso de candidatos en la última década.

Dar la espalda a esa realidad, intentando aferrarse a modelos anacrónicos y obsoletos tanto en lo estructural como en el acompañamiento y los estudios, puede salir caro. Y no solo en lo económico. La secularización exige tomar decisiones dolorosas, pero también es una oportunidad para establecer planes de formación conjuntos valientes e integradores, que apuesten por sumar recursos para cuidar y custodiar cada vocación.

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