José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Tormenta eléctrica en el ‘descampao’ eclesial


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MIÉRCOLES

Desde hace unas semanas sigo de cerca a Miss Beige. En realidad, todo lo cerca que permite el seguimiento a alguien en Instagram. Alter ego de una periodista con una mirada creativa, viste un vestido aparentemente anodino. Solo aparentemente. Bolso igualmente discreto del que sobresale un martillo. Elemento distorsinador para una mujer enmudecida que, sin embargo, grita con su gesto hierático ante las injusticias. El silencio en ocasiones ensordece. Y más cuando se marida con ironía y con una sonrisa.



JUEVES

Asamblea general de CONFER. Me cruzo con Gloria Liliana. No me atrevo a saludar. Dudo si es ella. No me la imaginaba tan alta a la presidenta de la CLAR. Y tiene altura. No porque mire por encima del hombro. Sino por la hondura que cultiva alguien que se ha acostumbrado a meter su vida y su oratorio en una maleta. La comunidad la busca allá donde aterriza. Si hay suerte, de la Compañía de María. Si no, con quien acoja. Hasta la fecha, ni un pero.  Intercongregacionalidad de comedor y capilla.

VIERNES

Sesión final de CONFER. A estas alturas, Rodríguez Carballo no tiene necesidad alguna de andarse con chiquitas. Él avisa. Porque lo que se encuentra a diario en las dependencias de la Via della Conciliazione no deja lugar para amedrentarse ni para andarse con paños calientes.

MARTES

Segundo capítulo del documental de Lola Flores. La jerezana adquiere la categoría de estrella internacional. Se codea con todos. O casi todos. Con su arte y lo que cobraba, no le hacía falta exagerar. “Pero a ella le gustaba adornarlo todo”, deja caer una de sus hijas sobre los faralaes que añadía en su relato. Las contradicciones ya quedaron al descubierto con la faraona en vida. Y no le importaba enfrentarse a ellas. “Mira tú, yo nunca miento. Cuando yo digo las mentiras, las convierto en verdad”. Pero Lola no era del gremio.

MIÉRCOLES

Ana, del equipo de suscripciones, atiende a Jose. Un lector gallego. Satisfecho. Pero insaciable. “Que se mojen más”. Si con enseñar la patita nos hemos empapado… Que uno sabe que el periodismo implica exposición. Más con la que está cayendo. Que a uno no le preocupan los chuzos de punta ni el sirimiri que se acaba colando como si nada. Pero cuando se avecina tormenta eléctrica hay que andarse con cuidado en pleno ‘descampao’ eclesial.

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