Sanidad: problemas reales, malas soluciones


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Hay personas que maldicen lo que tocan. Así parece ocurrir con la actual ministra de Sanidad y sus políticas. En las últimas semanas, ha suscitado polémica por dos ideas cuyo objetivo es desconocido: impedir a los jefes de servicio trabajar en hospitales privados y obligar a los médicos residentes a trabajar durante cinco años en exclusiva en el sistema público.



Es una lástima no conocer qué subyace a estas medidas o qué problemas quiere solucionar, porque hay tantas cosas que mejorar en la sanidad pública que no sabría por dónde empezar.

Inestabilidad en las plantillas

Por ejemplo, tal como he comentado en diversas entradas, existe inestabilidad en las plantillas de los hospitales comarcales e incluso de capital de provincia, donde los especialistas no quieren ir. El problema es real y condiciona que la igualdad de los españoles ante la ley no exista en el mundo sanitario, porque no dispone de la misma atención –ni en medios humanos ni materiales– la persona que vive en el medio rural ni según en qué provincias.

Si quiere resolver ese problema, desde luego no lo hará forzando a nadie a trabajar donde no quiere, sino incentivando las plazas en hospitales pequeños, haciéndolas atractivas con mejores condiciones y sueldos, y estabilizando con prontitud las plantillas.

Intachable profesionalidad

Tampoco arreglaría nada impedir que los jefes de servicio ejerzan en la sanidad privada: trabajo en un hospital público y no creo que ninguno de nuestros problemas organizativos, asistenciales o docentes se arregle con esa medida. Estos profesionales en cargos de responsabilidad suelen cumplir todas sus obligaciones y horarios en el hospital; es raro que los busques y no los encuentres, y suelen resolver los problemas que se les plantean, a diferencia de los gestores, con escasa capacidad resolutiva real.

Médico general

Sin embargo, si la estrategia es manipular la sanidad para privar a los médicos de su libertad de ejercicio profesional y aprecio por su profesión, y dinamitar la posibilidad de llegar a acuerdos mediante el diálogo, no puede hacerlo mejor.

Ideología trasnochada y fracasada

Porque lo que dice y pretende hacer apesta a ideología trasnochada y fracasada en tantos lugares, y adolece de voluntad y capacidad de resolver los problemas reales de la sanidad pública, que ni siquiera menciona. Quiere arreglar no se sabe qué, y lo empeorará. Así lo ha hecho este grupo de políticos en la última década; así lo han hecho a lo largo de la historia el socialismo y el comunismo, que nos ilusionaron en la juventud, hasta que nos dimos cuenta de sus perversiones teóricas y prácticas.

Recen por los enfermos, por quienes les cuidamos y por este país, en manos de quien lo daña día a día. Produce indignación y estupor que estas personas tengan cargos de responsabilidad, en la sanidad o en cualquier otro ámbito.