Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Reconciliarnos en la mística del pobre


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La polarización de la desigualdad económica ha roto el contrato social y la alianza cultural en los que se basaban las promesas de progreso personal y de la humanidad. Esa desigualdad económica creciente y extrema constituye la mayor denuncia que, hasta ahora, ha hecho el papa León XIV sobre nuestro tiempo. Y, a su juicio, está en el origen de todas las demás polarizaciones.



Lo que hay detrás de los extremismos populistas no es una ideología, sino que las élites populistas y autoritarias usan la nación, la familia, la bioética, la tradición y la religión para favorecer sus intereses hipercapitalistas. Ninguno de los populismos ultraderechistas defiende el retorno de las clases medias y la equidad social, sino que todos vienen financiados y acompañados por los mayores oligarcas capitalistas del planeta y dan amparo ideológico a sus intereses.

Dos mujeres pasan ante los enseres de un 'homeless' en Madrid.

Que nadie piense que Trump, Putin, Le Pen o Farrage son males menores que, al menos, permiten recuperar la dimensión religiosa en la cultura: por el contrario, amenazan la libertad religiosa y ejercen la coacción para que la Iglesia se ponga a su servicio. No quieren el Evangelio –frágil, pero inquebrantable– que porta la Iglesia, sino su incienso y su palio.

Contribuir a la polarización

La contribución de la Iglesia al riesgo revolucionario populista, a esa polarización económica de la desigualdad, al liberalismo autista y al estatalismo procedimental, es de orden místico: se trata de encontrarse con Cristo en quien está desnudo, hambriento, herido, roto, vacío… El encuentro vivo, inmediato y misterioso con Cristo en el abandonado al lavarle los pies. Ese ecumenismo del servicio al pobre nos reconcilia.

No se trata de una negociación, sino de reconciliarnos uniéndonos en el cuidado y defensa de los abandonados. Eso no es ONG ni buenismo social, sino mística. Solamente un movimiento axial, de valores, una revolución mística, nos salvará de nosotros mismos.

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