Navidad en el hospital (y II)


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Cada sistema sanitario tiene sus normas. En el aragonés, donde ahora ejerzo, los días 24 y 31 no se trabaja. En Tudela, la navidad pasada, sí que trabajamos. Esto podría considerarse bueno para el personal sanitario, pero no tanto para los pacientes, que pasan días enteros sin que nadie los visite. Además, casi la mitad de la plantilla está de vacaciones, con lo que quienes trabajan deben ver al doble de pacientes.



Habría medios de mejorar una situación que considero, desde el punto de vista asistencial, negativa para los enfermos. Por ejemplo, ofrecer turnos voluntarios retribuidos, no solo para quienes vemos pacientes todos los días, también para los llamados servicios centrales (radiología, laboratorio), necesarios para la mayoría de maniobras diagnósticas y algunas terapéuticas. Con ello, sin un gran sobrecosto, se lograría agilizar procesos y, de esta forma, acortar ingresos y liberar camas para que subieran los pacientes de urgencias.

Médico general

Por los pacientes y familiares

Es muy probable que se ahorrase en estancias lo que se invirtiese en personal, y sobre todo creo que se ganaría en satisfacción de pacientes y familiares, pues no hay cosa peor que estar hospitalizado sin un objetivo clínico y cronológico definido.

En los periodos festivos (Navidad, Semana Santa), el personal sanitario libramos, pero las enfermedades no tienen esa costumbre, los servicios de urgencias siguen llenándose y los lunes y días después de festivos la situación en las salas no es venturosa. No estaría mal que nuestros gestores sanitarios, entre brindis y brindis, pensaran en medios para que las vacaciones y los días libres no supusieran un stop en la vida del hospital, más allá de las urgencias. Es una realidad de la vida hospitalaria poco conocida y que siempre me ha preocupado y hecho pensar.

Recen por los enfermos y por quienes les cuidamos. Y disfruten de la Navidad lo que puedan, de la familia y los amigos.