Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Mis productos son los mejores


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La combinación de un cálculo que sirve para saber si compramos más o menos al exterior, con una elevada autorreferencia es la que lleva a aquella combinación que vimos hace algo más de tres semanas, cuando en el “día de la liberación” Donald Trump anunció una subida de aranceles (impuestos a la importación) para los productos provenientes de casi todos los países del mundo. Mi querido amigo Lucio fue quien me puso sobre la pista de qué hay detrás de la utilización de un cálculo de la cobertura de nuestras exportaciones, para medir el proteccionismo de otros países.



Se puede exportar menos de lo que se importa por muchos motivos: porque tus productos son más caros, porque son peores, porque el tipo de cambio de tu moneda los encarece, porque no tienes capacidad de innovación o de lograr economías a escala, porque lo que produces no gusta en otros países, porque tienes malas redes de comercialización, etc. Los motivos por los que vendes menos de lo que compras son variados. No hay uno único.

Sin embargo, un presidente enmimismado y un país que tiene un elevado porcentaje que le sigue, piensa que los productos estadounidenses son los mejores del mundo. ¿Puede haber algo mejor que la producción nacional? La base sobre la que se asienta este pensamiento es que “somos los mejores en todo”, no hay nadie como nosotros. Por ello hay que hacer “América grande otra vez”(MAGA, Make America Great Again). Cuando mi enmimismamiento es tal que creo que todo lo que hago es lo mejor y que tengo que recuperar mi grandeza, el hecho de que venda menos de lo que compro no es debido a cualquiera de los problemas que he expresado en el anterior párrafo, sino a que los otros países ponen trabas a mis exportaciones, me discriminan para que no les venda. Soy víctima de una conspiración para empobrecerme.

Embutidos Fermín, la primera empresa española que exportó jamón ibérico a EEUU, teme que los

Esta es la idea que subyace a la utilización de la cobertura de exportaciones para afirmar que los otros países se protegen de mis bienes (gracias Lucio). Los míos son tan buenos que si no se venden en el exterior no es porque yo lo haga mal, sino porque los demás no les dejan entrar, porque les ponen barreras para impedir que les venda lo que yo hago tan bien. Por ello tengo que defenderme, por ello voy a darles de la misma medicina. Eso sí, de una manera benevolente, no les voy a poner tantas trabas como ellos me ponen a mí, pero sí voy a contratacar, voy a aumentar los aranceles para que esta tendencia se revierta.

La sartén por el mango

Con ello, Estados Unidos va a recuperar su lugar en el mundo, y podrá cumplirse aquello que mostraba E. G. White a mitad del siglo XIX en su libro “América en la profecía”: Que este país, Estados Unidos, tiene una función que realizar en el mundo, que es la realización más perfecta de la historia. El actual gobierno es quien va a recuperar ese lugar preponderante sobre todos las otras naciones, va a ponerlas en su sitio para que se den cuenta de quien es quien tiene la sartén por el mango y hace las cosas mejor. Se trata de la quintaesencia de la autorreferencia.