José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
Redactor jefe de Vida Nueva

Los manotazos de un pontificado


Compartir

Cuando llegue el día del balance de este pontificado, el manotazo que Bergoglio le propinó el último día de 2019 a una feligresa de rasgos asiáticos ocupará un lugar destacado. Lo hizo ya en las noticias y fue engordando con toda suerte de variedades en las redes sociales, unas más logradas que otras, y la parodia en Twitter de Salvini no está entre las más elaboradas.



Lo de menos es la razón que llevó a esa mujer a agarrar al Papa. ¿Papolatría? ¿Una oveja crítica? ¿El último deseo de una moribunda? Lo de menos es la petición de perdón al día siguiente de Francisco. La sentencia es firme: debe renunciar, pide ese colectivo abonado al apocalipsis.
Un colectivo, por otra parte, especialmente sensible a los otros manotazos que lleva recibiendo del Pontífice desde que se asomó al balcón de la basílica vaticana. Manotazos desde el primer día a las rigideces curiales, a la pompa y el boato, a quienes no entienden que el amor en pareja no siempre es puro ni sabe de condición; manotazos a quienes ampararon los abusos sexuales en la Iglesia y a quienes ocultaron sus ambiciones económicas bajo las alfombras vaticanas; manotazos a esos líderes políticos que levantaron muros contra los migrantes, a los que contaminan impunemente y contra los abanderados de un sistema económico que mata y descarta.

 

Manotazos también contra los que cosifican a la mujer –también en la Iglesia–, desprecian a los ancianos o los que deciden que hay vidas de primera o segunda clase. Manotazos para cardenales con los niveles evangélicos descompensados, para presuntos beatos que chirriarían en los altares y para quienes pensaban que se podían seguir pagando capillitas particulares en forma de asociación o movimientos cuando sus dirigentes no eran más que una banda de cuatreros.
Manotazos, en fin, al secreto pontificio cómplice, a no recibir a las víctimas… En otro balance menos apresurado seguro que también tendrán cabida estos otros manotazos.

Lea más: