José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Ex vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

La reconciliación con los jóvenes


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Un periódico local me preguntó mi opinión sobre la reciente canonización de los italianos Carlo Acutis y Pier Giorgio Frassati. La entrevistadora insistía en que le definiera cuál era la principal virtud del nacido en Londres, pero avecindado desde niño en Milán, que le llevó a los altares: ¿su amor por la Eucaristía -llamaba a la comunión su ‘autopista hacia el cielo’-?, ¿las confesiones que practicaba una vez a la semana?, ¿sus visitas a los ancianos, o las ayudas económicas que daba a los más necesitados?



Obvio. También se me cuestionó sobre sus aficiones por la informática, las tecnologías de la información y la comunicación, las redes sociales, que le han valido el apelativo de santo gamer, cibernético o millenial -murió a los 15 años-.

Respondí que, más allá de los méritos atribuidos al nuevo santo, o de los milagros argumentados para validar el protocolo exigido que lo introduzca en el santoral, me llamaba la atención el gesto del papa León XIV, en continuidad con su antecesor Francisco de Roma, de canonizar a un joven, bueno, a dos.

Tal gesto, apunté, tiene un claro mensaje: reconciliar a la estructura eclesiástica con los chavos y chavas. Y es que, a lo largo de su historia, la Iglesia Católica ha tenido desencuentros con diferentes segmentos sociales. Se enfrentó a los intelectuales en la Edad Media, y a los científicos en la Época Moderna. Abandonó a los obreros al inicio de la Revolución Industrial, y se confrontó con las mujeres en el Siglo XX.

Carlo Acutis Canonizacion

En la actualidad, son muchas las voces que afirman un nuevo divorcio, ahora entre la propuesta eclesial y las juventudes. Liturgias aburridas y carentes de ritmo, mensajes moralizantes y ajenos a sus inquietudes, malos testimonios de algunas jerarcas, ausencia de impacto real en el manejo de las nuevas herramientas electrónicas, y la cultura posmoderna que prefiere las rotaciones de todo tipo -afectivas, laborales, religiosas- sobre la estabilidad de los compromisos a largo plazo, han provocado este paulatino alejamiento juvenil.

Es cierto que se dan expresiones frescas, innovadoras, arriesgadas inclusive, en los apostolados de la pastoral juvenil, pero la mayoría adolecen de sentido social, y más bien se distinguen por el abuso del sentimentalismo y el horizonte vertical de contacto con Dios.

La canonización de Acutis, en mi opinión, busca tender puentes de contacto con tantos muchachos y muchachas que transitan a la edad adulta sin ilusiones, y les ofrece un ejemplo de vida cristiana diferente a los perfiles de santos alejados del mundo, siempre mirando hacia el cielo, olvidando pisar firme en el suelo.

El nuevo santo demuestra que podemos santificarnos haciendo lo que siempre hacemos, sin heroísmos protagonistas. Y también que la Iglesia Católica reconoce estos renovados esfuerzos por la autenticidad y congruencia de un adolescente de 15 años.

Pro-vocación

Dice Donald Trump que el asesinato de Charlie Kirk, su amigo y una de las grandes figuras del movimiento MAGA, es culpa directa de la izquierda radical norteamericana, de su narrativa incitadora de agresiones. Creo que esa acusación es como un boomerang: se vuelve contra él. Se le olvida su indicación a milicias supremacistas blancas, como los Oath Keepers, Three Percenters y Proud Boys, para atacar al Capitolio en enero del 2021. La violencia debe ser condenada en cualquier orilla del río polarizado en que se están convirtiendo las sociedades actuales.