Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

La principal fuente de satisfacción según el economicismo


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Las personas compramos, alquilamos o disfrutamos de bienes y servicios porque nos reportan alguna satisfacción, porque nos son útiles. Si esto no fuese así, no tendríamos necesidad ni, tal vez, deseos de tener o de disfrutar de ellos. La teoría económica al uso, cuando aborda este tema nos habla de la utilidad. Esta se refiere a la satisfacción que percibimos por el uso, posesión o disfrute de un bien o servicio.



El economicismo nos dice que vamos a estar mejor cuando más utilidad recibamos de aquello que compramos o alquilamos. Para ello considera varias cuestiones. La principal y la más simplificadora de todas es que la utilidad depende únicamente de la cantidad de bienes y servicios que tenemos o disfrutamos. Es decir, nuestra satisfacción depende de la cantidad exclusivamente.

El principio de no saturación

Como además se considera como básico lo que se denomina el “principio de no saturación”, esto es, considerar que “Más es siempre mejor que menos”, la relación entre cantidad y satisfacción es siempre positiva. Cuanto más tenemos más disfrutamos, más satisfacción recibimos. Es verdad que esta satisfacción es decreciente, es decir, que las últimas unidades de disfrute de un bien nos dan menos satisfacción que las primeras. Pero no se contempla la posibilidad de hartazgo, de tener suficiente, siempre vamos a mejorar si tenemos más.

Personas visitando una joyería

Esto simplifica mucho los cálculos económicos y nos lleva a unas teorías económicas que aparentemente tienen una elevada consistencia y que nos permiten afirmar que estamos ante una ciencia. Esto es así porque eliminamos de un plumazo el componente psicológico de la economía. No son las personas las que deciden la satisfacción que reciben de algo, sino que es la cantidad disfrutada de ese bien la que nos permite conocer la satisfacción percibida. Esto es muy atractivo porque la manera de pensar de una persona es difícil de definir, es poco cuantificable y, además, es subjetiva. Sin embargo la cuantía disfrutada es un dato observable, cuantificable y con el que podemos trabajar matemáticamente sin mucho problema.

Todo se puede medir

El economicismo se garantiza así la posibilidad de cuantificar y reducir fácilmente a fórmulas matemáticas un tema tan complicado como la satisfacción (utilidad). Se le da una apariencia neutral, todo es científico, todo se puede medir. Estas dos ideas de la no saturación y de la utilidad decreciente de la última unidad se combinan con lo que el economicismo considera como un comportamiento racional: intentar obtener siempre la máxima satisfacción posible. Las personas, según el economicismo, debemos buscar tener una cantidad mayor de ingresos porque eso es lo que nos va a permitir incrementar nuestra satisfacción sin fin.