A muchos extrañó que Jorge Bergoglio, miembro de la Compañía de Jesús, asumiera el nombre de quien fundara la Orden de los Frailes Menores, al ser nombrado Papa en 2013. ¿Cómo es posible, se preguntaban, que un jesuita de vocación originaria quisiera llamarse como el paradigma de una congregación tradicionalmente ‘enemiga’, la de los franciscanos?

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Y es que, por muy hermanos que sean, las disputas entre jesuitas, franciscanos, dominicos y una larga lista de institutos religiosos son históricas y todavía frecuentes. Compiten por el honor de ser los más intelectuales, los que viven la pobreza de forma más radical, los mejores predicadores.

De ahí que asombrara la decisión del Papa anterior, quien en vez de llamarse Ignacio, como el fundador de su orden, escogió el de Francisco, propietario de la marca rival.

Quizá lo mismo se estarán cuestionando no pocos, al enterarse que el papa León XIV, de cuna agustiniana, promueva uno de los valores fundantes de la casa jesuítica: el discernimiento.

Robert Francis Prevost, ahora papa León XIV

En efecto. En un reciente video, producido por la Red Mundial de Oración, Prevost Martínez ha elegido, como intención de oración para este mes de julio, nada más y nada menos que cultivar el discernimiento espiritual. Nos ha sugerido orar “para que aprendamos cada vez más a discernir, saber elegir caminos de vida y rechazar todo lo que nos aleje de Cristo y del Evangelio”.

Según la Oficina de Espiritualidad Jesuítica, el discernimiento ignaciano es “la práctica espiritual de notar los movimientos dentro del corazón y del alma, identificando los pensamientos, deseos y emociones que los motivan, y usando estos conocimientos para decidir hacia dónde nos está guiando Dios”.

Tal discernimiento, de acuerdo a la tradición jesuítica, puede ser espiritual, bíblico, filosófico, integral, individual y comunitario, entre otros.

Llama la atención, entonces, que un Papa agustino como León XIV haya sugerido tal herramienta, propio de la cantera jesuítica. Queda claro que ni los franciscanos son los dueños exclusivos de la pobreza, ni los dominicos de la predicación, ni tampoco los jesuitas del discernimiento. Esas virtudes deben ser propias de todos los seguidores de Jesús, independientemente de la camiseta que traigamos puesta.

Pro-vocación

La maestra María Magdalena Ibarrola y Suárez ha sido nombrada canciller de la Arquidiócesis de México. Es la primera mujer laica en ocupar ese cargo. Ya en la Arquidiócesis de Monterrey, México, desde hace tres años, y con apenas 34 de edad, Zaira Margarita García Lugo tiene esa posición -un laico varón es el vicecanciller, de 26 años-, con excelentes resultados. Enhorabuena por esta inclusión femenina y juvenil en las curias.