No es un juego de palabras. Así titula el papa León XIV su comunicación para la Jornada Mundial de la Paz, a celebrarse el próximo 1 de enero del 2026. A través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ha comunicado su mensaje con ese motivo, e invita a rechazar la lógica de la violencia y la guerra, promoviendo una reconciliación desarmante y desarmada, fundada en el amor y la justicia.
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Las Jornadas Mundiales de la Paz iniciaron en 1968, con Pablo VI, y algunas han tenido como lema: ‘Si quieres la paz, trabaja por la justicia’ (Pablo VI, 1972); ‘Desarrollo y solidaridad: dos claves para la paz’ (Juan Pablo II, 1987); ‘Educar a los jóvenes en la justicia y la paz’ (Benedicto XVI, 2012); El papa Francisco así tituló algunas de ellas: ‘La fraternidad: fundamento y camino para la paz’ (2014); ‘La buena política está al servicio de la paz’ (2019); ‘La cultura del cuidado como camino de la paz’ (2021); ‘Nadie se salva solo’ (2023). Esta es la primera del papa Prevost Martínez.
En el breve documento -se divide en tres partes: La paz de Cristo resucitado, Una paz desarmada y Una paz desarmante- se nos recuerda que la paz debe entenderse no solo como la ausencia de guerras y batallas, sino como una opción de desarme, no fundada en el miedo. El silencio de las armas es capaz de disolver los conflictos, abrir los corazones y generar confianza, empatía y esperanza. “Nuestro mundo -dice el Papa- lleva las profundas cicatrices del conflicto, la desigualdad, la degradación medioambiental y un creciente sentimiento de desconexión espiritual”. Nos invita a no negar los problemas, sino a reconocerlos, asumiéndolos y atravesándolos.
Si los latimos decían “Si vis pacem, para bellum” (Si quieres la paz prepara la guerra), el papa León XIV dice: “Si quieres la paz prepara instituciones de paz”. La condición indispensable para construirlas es una: “¡Sin perdón nunca habrá paz!”. Todos buscan la paz, pero especialmente los jóvenes, llamados a habitar el futuro. Les dijo el Papa en el Jubileo dedicado a ellos: “¡Cuánta necesidad tiene el mundo de misioneros del Evangelio que sean testigos de la justicia y la paz!”. Y a los mismos jóvenes les indicó un camino sencillo y a menudo olvidado: “La amistad puede cambiar verdaderamente el mundo. La amistad es un camino hacia la paz”.
Concluye el mensaje con la cita del bellísimo texto bíblico: “Con sus espadas forjarán arados, y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra, ni se adiestrarán más para la guerra“. (Isaías 2,4-5).
Pro-vocación
Acaba de fallecer el teólogo alemán Peter Hünermann. Lo conocí en 1985 cuando con otros tres mexicanos viajamos de Sindelfingen -ahí trabajábamos- a Tübingen, para asistir a una conferencia de Hans Küng. Nos lo topamos en la cafetería y nos abordó al escucharnos hablar en español. Criticó en ese momento al Vaticano por su oposición al sacerdocio femenino, y lo hizo recientemente por el veto a las diaconisas. Atención: su primera crítica fue hace ¡40 años!
