La cátedra
La constitución ‘Universi Dominici Gregis’ sobre la sede vacante y la elección de un nuevo párroco establece que “el Pontífice, después de la solemne ceremonia de inauguración del pontificado [en San Pedro] y dentro de un tiempo conveniente, tomará posesión de la Patriarcal Archibasílica Lateranense, según el rito establecido”. El papa León XIV ha cumplido con este rito presidiendo la eucaristía y bendición a los files desde el balcón de la catedral de Roma este domingo, 25 de mayo.
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Antes, León XIV se paró ante el ayuntamiento de Roma y en un encuentro con el alcalde adaptó la frase de san Agustín para recordar que “justo después de la elección, recordé a los hermanos y hermanas reunidos en la plaza de San Pedro que estoy con ellos como cristiano y para ellos como obispo: de manera especial, hoy puedo decir que por vosotros y con vosotros ¡soy romano!“
Luego, tras celebrar la eucaristía en San Juan de Letrán visitó la basílica de Santa María la Mayor, para completar la toma de posesión de las cuatro basílicas papales mayores. Allí precisamente se venera el icono de la Virgen María «Salus Populi Romani», cerca del que se encuentra la tumba del papa Francisco. Esta advocación mariana está muy vinculada a la piedad popular de los romanos.
La tumba
Además de rezar ante la tumba del papa Francisco, León XIV ha presidido loa misa cerca de la sepultura de otro predecesor. Hasta Francisco el último pontífice en enterrarse fuera del Vaticano fue precisamente León XIII. Este papa había nacido en Carpineto Romano y había estudiado en Viterbo. Como buen romano, aunque con una relativamente intensa carrera eclesiástica… tuvo un largo pontificado. Murió en Roma a los 93 años el 20 de julio de 1903.
Tras su fallecimiento fue sepultado inicialmente en la basílica de San Pedro. Pero su vinculación a basílica de San Juan de Letrán, su catedral como obispo de Roma –y como buen romano– hicieron que finalmente su restos pudieran ser trasladados en 1924. Con este motivo se organizó una procesión nocturna y sencilla por las calles de Roma con 150.000 fieles a lo largo de todo el recorrido. Estaba en el recuerdo el intento de tirar el cuerpo en el puente Sant’Angelo del difundo papa anterior, Pío IX, la noche del 13 de julio de 1881 durante el traslado a la iglesia de San Lorenzo ‘Extramuros’.
En las dos décadas en que se pospuso el traslado, el escultor Julio Tadolini se puso manos a la obra para diseñar el sepulcro del Papa de la Doctrina Social de la Iglesia con el cardenal Mariano Rampolla, encargado de las últimas voluntades del Papa, que realmente quería una traslado de incógnito. Pero se preparó una gran carroza fúnebre y otra para el camarlengo y el cardenal Rampolla como albacea, así como el portador de la cruz y un maestro de ceremonias. Otra carroza llevaba al capítulo de San Pedro, encargado de entregar el cuerpo a los canónigos de San Juan de Letrán.
La cátedra
En su homilía, al tomar posesión de la cátedra del obispo de Roma, el Papa se pudo a la escucha de la diócesis romana. De ella, en concreto, destacó “el comprometido camino que la diócesis de Roma está recorriendo en estos años, estructurado sobre varios niveles de escucha: hacia el mundo que le rodea —para acoger los desafíos—, y al interno de la comunidad —para comprender las necesidades y promover sabias y proféticas iniciativas de evangelización y de caridad—”. Para el pontífice, este “es un camino difícil, aún en curso, que intenta abrazar una realidad muy rica, pero también muy compleja. Es, sin embargo, un camino digno de la historia de esta Iglesia, que muchas veces ha demostrado que sabe pensar “a lo grande”, entregándose sin reservas en proyectos valientes, y arriesgándose incluso frente a escenarios nuevos y complejos”.
Directamente, el Papa expresó “el deseo y el compromiso de entrar en este vasto proyecto poniéndome, en la medida de lo posible, a la escucha de todos, para aprender, comprender y decidir juntos: “cristiano con vosotros y obispo para vosotros”, como decía san Agustín”. Por eso, el antiguo obispo de Chiclayo pidió ante los párrocos y los fieles romanos “que me ayuden a realizarlo mediante un esfuerzo común de oración y de caridad”.