Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

El gnosticismo del minigrupo


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Quizás la tentación más fuerte de gnosticismo no viene hoy del espiritualismo, sino del minigrupismo. Cuando en 1970 el psicólogo Carl Rogers popularizó la metodología del pequeño ‘T-Group’, fue adoptada rápida y masivamente dentro del tejido eclesial. Los pequeños grupos se constituyeron en la forma usual de reunirse para catequesis, revisión de vida, orar, discernimiento comunitario, etc. Tienen la ventaja de favorecer la participación, la proximidad y la intimidad, y permiten acompañar más personalizadamente. Fue un avance, pero también han creado principalmente cuatro problemas.



Pequeño grupo de jóvenes tumbados sobre la hierba

  • Primero, la fuerza centrípeta del minigrupo, a veces, hace perder vinculación con ámbitos mayores, desconecta de los métodos asamblearios, y desentrena a la gente de comunicar en espacios más amplios y diversos.
  • Segundo, los minigrupos producen homogeneización, suelen ser gente parecida o, con el tiempo, se igualan. Hablan jergas, cruzan relaciones muy familiares y se hace naturalmente difícil entrar en ellos. Es raro que se interactúe con gente diferente y, menos todavía, con quien no sea muy devoto o del estilo que dicho grupo va forjando.
  • Tercero, con frecuencia, el fin acaba siendo sentirse bien y es fácil caer en el conformismo. La reunión se evalúa como buena si ha habido una experiencia emocionalmente positiva, fácilmente todos sienten un consuelo que más bien es gregarismo.
  • Y cuarto, la reunión se convierte en el ‘para-sacramento’ más importante de la vida cristiana comunitaria, deja entrar pocos desafíos, desincentiva la creatividad y se tiende al psicologismo o grupo terapéutico. El minigrupismo cae demasiadas veces en cierto gnosticismo en el que el pseudoconsuelo grupal se convierte en el fin de todo. El abuso del pequeño grupo desactiva la pasión y creatividad apostólicas.

El T-Group ha sido idolatrado. Es imprescindible diversificar y ampliar los espacios de participación, comunicación y acompañamiento, vivir en grupo, pero no perder la plaza.

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