Flor María Ramírez
Licenciada en Relaciones Internacionales por el Colegio de México

El enojo de Greta


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Le han llovido innumerables críticas a Greta Thunberg, una joven de 16 años que ha impulsado las luchas por el cambio climático dando origen al movimiento Friday for Future (FFF). El tema del cambio climático resulta apasionante y complejo. Pero hoy quiero prestar atención a lo que ha significado este fenómeno: ¿qué puede explicar las reacciones y críticas al discurso de Gretha?, ¿es meramente un asunto intergeneracional?, ¿se trata de una conspiración detrás de un ícono juvenil? Es innegable que Greta polariza porque critica con gran encono los patrones de nuestro consumo, los hábitos de padres, madres y abuelas, las promesas incumplidas de las élites políticas y la poca confianza en la ciencia.  

Greta, como muchos jóvenes, perciben la ausencia de justicia entre las generaciones, y tienen razón de estar muy enojados. A pesar de vivir en el primer mundo, muchos adolescentes y jóvenes no podrán gozar de la certeza de un trabajo de manera inmediata, por ende tampoco garantizar una pensión. Muchos han empezado a observar con más detalle el mundo que están heredando, estimar sus posibilidades y ver alternativas. Señala el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, que la brecha intergeneracional está marcada por “la  injusticia social en una escala sin precedentes, desigualdades masivas, y una pérdida de confianza en las élites”. Las expectativas de las nuevas generaciones se ven limitadas por los efectos devastadores de muchas decisiones que ya se han tomado en la esfera de la vida pública y también la privada. Por eso el discurso amenazante de Greta -que no nos garantiza el perdón- nos cala hondo en la conciencia. 

Veamos más allá, tras las primeras manifestaciones de Friday for Future (FFF), un equipo de científicos sociales de universidades de toda Europa encabezados por Mattias Wahlström organizó una encuesta sobre las huelgas mundiales de FFF; la encuesta encontró que demográficamente quienes se manifestaron son jóvenes entre 14 y 19 años, más del 50% eran manifestantes por primera vez. Más sorprendente fue el predominio de mujeres participantes, especialmente entre los adolescentes. Greta fue elemento cohesionador y motivador para quienes se manifestaron. El enojo ya no sólo era de Greta, éste ha sido compartido por millones. Convirtiéndola en fuente de inspiración.

La educación (estar en la escuela) fue un importante factor de predicción de la participación; los adolescentes y jóvenes están al menos básicamente informados sobre el tema por el que protestan. La protesta escaló, va más allá de la rebeldía adolescente en el sistema educativo formal. Encontró canales de expresión aunque eso significó ausentismo escolar.

Los investigadores señalan que FFF como movimiento tiene algunas características peculiares: una fuerte presencia femenina, una dependencia significativa de las redes sociales y las redes de pares, un compromiso limitado en las organizaciones medioambientales establecidas, una inversión significativa en política de estilo de vida (especialmente entre los estudiantes), pero una interpretación variable de la importancia de la política de estilo de vida para lograr el cambio social. Los estudiosos consideran que el potencial del movimiento para crear ciudadanos jóvenes comprometidos a través de su activismo climático es muy significativo.

Jóvenes desafiando su contexto familiar, comunitario e internacional

Adolescentes y jóvenes en todo el mundo están empujando por nuevas vías de participación, usando la rebelión, la desobediencia y las redes en el espacio público, virtual y privado. Las críticas sean probablemente más agudas y exigen una mayor coherencia de todos al tomar una posición. Si bien estas generaciones crecieron con el imaginario de la democracia y los derechos humanos, no confian totalmente en las instituciones políticas y tienen dificultades para visualizar la democracia como el orden en que de manera representativa se negocia el bien común.

Menciona Ariana Pérez del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica que “la movilización juvenil (FFF) está desbordando los canales de participación previstos por Naciones Unidas y en general, por el tejido institucional clásico de todos los países. Por un lado, le están diciendo a las élites del mundo adulto que tomen las medidas necesarias para frenar el daño y proteger los derechos humanos más básicos (el derecho a la vida, a la salud y a la subsistencia) y, por otro lado, que se hagan responsables de no causar daños a las generaciones futuras.”.

Debemos entender que hay diversas maneras en que los jóvenes gestionan sus intereses, emociones, frustraciones, esperanzas y visiones de vida, desafiando cada vez su contexto familiar, comunitario e internacional. Sus voces y fuerza para expresarse trascienden las fronteras, se convierten en  maneras transnacionales de plantar cara a las instituciones, de sobrepasar las barreras tradicionales. Los apasionados y apasionadas de la pastoral juvenil no podrán dejar pasar esta oportunidad para entender lo que hoy adolescentes y jóvenes de todo el mundo nos quieren decir.