Flor María Ramírez
Licenciada en Relaciones Internacionales por el Colegio de México

Covid-19: lo que nos pide esta emergencia


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La emergencia sanitaria por el Covid-19 nos ha puesto en una situaciòn que era impensable hace algunas semanas. La economía y la vida cotidiana de países enteros se ha trastornado. Hemos lamentado la pérdida hasta el 15 de marzo era de 6440 a nivel global y cerca de 170,000 casos de contagio en más de 170 países.



No se trata de solamente la economía y el impacto devastante en los sistemas de salud pública de cada país. Este virus preocupa a los expertos. ¿Por qué?  Por el crecimiento exponencial (un buen análisis de simulación  puede verse aquí. Desde la perspectiva epidemiológica, la propagación del Covid-19 difícilmente podrá evitarse, pero sí ralentizarse si la gente pone en práctica el distanciamiento social. Evitando los lugares públicos y en general, limitando las concentraciones masivas y las conexiones sociales a las que estamos acostumbrados principalmente en las urbes. No solamente se trata de un tema de modelos matemáticos y de probabilidades, se trata de vidas humanas. Y no solamente de la nuestra, sino la vida de los seres más queridos. De aquí en las múltiples reacciones de los gobiernos de todo el mundo hemos escuchado la frase “evitar actividades no esenciales” para implementar una política de sana distancia.

Y es que el Covid-19 será una prueba para las instituciones, organizaciones, sistemas y familias completas que cambia por completo el panorama de lo que creíamos sería el 2020. La firma Korn Ferry, ha publicado una serie de entregas sobre lo que significará para las compañías pero en realidad para las instituciones lidiar con esta situación, apuntando que “la primera mitad se dedicará a la seguridad, la contención, la continuidad y la planificación de contingencia. Y con razón, lidiar con la crisis y sus ramificaciones es un trabajo para cada organización en este momento. Este es un periodo para un liderazgo tranquilo y prudente. Parafraseando a Napoleón: en tiempos de incertidumbre, las y los líderes deben definir la realidad y dar esperanza. Cuando hay miedo, es el trabajo del líder demostrar compasión, establecer la dirección, y conseguir que la gente se concentre”. [1]

Imagen: Coronavirus. China Daily

Igualmente en nuestras familias, nos tocará lidiar con la incertidumbre, buscar contestar preguntas sin respuesta, manejar apropiadamente las emociones. Confinados en espacios grandes o pequeños, tendremos que aprender a manejar nuestra ansiedad y nuestra zozobra sabiendo que tenemos en nuestras manos la responsabilidad social de protegernos.

Como Iglesia, la realidad nos interpela. El instinto mesiánico de muchas y muchos será puesto a prueba. Es importante entender que estamos en una emergencia sanitaria, debemos actuar siguiendo la lógica del mundo humanitario, esto es ante todo buscar preservar la vida, la salud y la integridad de todas las personas. Por eso debemos aprovechar los recursos que nos ofrece la tecnología deben ser puestos al mejor beneficio de la prevención y la información de calidad. También la realidad actual nos llama como Iglesia a unirnos en oración por las miles de personas que han perdido la vida, a brindar consuelo a las familias, a ofrecer solidaridad, luz y esperanza a quienes la pierdan, a ser luz en la mejor toma de decisiones. En resumen a llevar a cabo un trabajo pastoral por medios y métodos no tradicionales.

 

[1] Preparing for the Post- outbreak era, el artículo completo se encuentra en inglés aquí.