José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

Asamblea Plenaria con bomba


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DOMINGO. Misa de ocho de la tarde. Ludvino. Homilía. “Hemos edificado templos en todo el mundo, en cada rincón del planeta hemos plantado una cruz, pero me da que el amor a los enemigos sigue siendo una asignatura pendiente que todavía está por estrenar”. No le puedo poner un ‘pero’. Ni a él ni a José Luis, que al terminar la misa rinde cuentas a la feligresía. El año no ha ido mal. Un pelín de ahorro porque no ha sorprendido ni una gotera de más ni se han quemado los aparatos del aire acondicionado. Transparencia a pie de obra que el del banco agradece. Y corresponde con más. En la equis y en el cestillo.



MARTES. Un ‘paquete bomba’ para cada obispo. Con un libro. Para intentar condicionar. La Asamblea Plenaria. Las elecciones. Ya en alguna que otra ocasión, un blog con mirada interna o algún periódico con ojos externos lanzaba la piedra sin esconder la mano para poder agitar a los obispos y alterar su agenda. Pero nunca con tanta puntualidad calculada como ahora. Habrá que ver si influye. O si el discernimiento mitral está por encima del condicionante coyuntural.

MIÉRCOLES. De buena mañana. Desayuno en el Instituto Teológico de Vida Religiosa. Preparan su semana grande. La que llena, un año sí y otro también, hasta la bandera el auditorio de la Fundación Pablo VI. A punto de cumplir las bodas de oro, se acumulan las negritas. De la presidenta de las religiosas de todo el planeta al cardenal Ayuso. Religiosos con proyección y más.

“La vida consagrada pinta, y mucho, en el mundo de hoy”, defiende Carlos Martínez Oliveras, el claretiano que capitanea el asunto. Le respalda Fernando Prado: “¿Qué pinta la Iglesia si no es para estar en medio de la gente?”. Ora en óleo, ora en acualera. Ora con pincel fino para sellar un acuerdo con un Gobierno, ora con brocha gorda en una casa de acogida de Cáritas.

A mediodía, presentación del libro sobre el padre José Luis Gago. “La voz que aún resuena”. Dominico que lo fue todo y más en COPE. Jefe de programas, consejero, director general y director del área sociorreligiosa. Pero, sobre todo, impulsor de una identidad plural y una gestión eficaz. Y cuanto más plural, más eclesial. El cardenal Blázquez llama a mirarle para recuperar su “ejemplaridad y bonhomía”. Y pide acelerar su proceso de beatificación. “Quiero estar en la fiesta”. Hágase.

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