Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

¿Apostará por el bien común el nuevo gobierno de EEUU?


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Durante las últimas cuatro semanas he reflexionado sobre algunos de los aspectos que nos sugiere la alianza que parece tejerse entre algunas de las personas más ricas del mundo que, a su vez, son grandes directivos de empresas que se han enriquecido gracias a las tecnologías de la información, y el nuevo gobierno de Estados Unidos. Uno se pregunta si esta ligazón entre los grandes intereses de las personas que más tienen y el poder de una gran nación va a ser beneficioso para los ciudadanos y, si va a construir bien común tanto a nivel nacional como mundial.



En cuanto a la primera pregunta, muchos de quienes les han votado piensan que sí, que la prosperidad económica va a llegar gracias a esta coalición de intereses empresariales y políticos. Y es posible que haya un crecimiento económico gracias a las medidas económicas que se van a tomar (algunos lo dudan no obstante), es posible que haya personas que se beneficien (todos aquellos que invierten en activos financieros o en criptomonedas han visto ya cómo su riqueza se incrementa por la llegada de este gobierno), pero dudo que sea un crecimiento que llegue a todos. Parece que todo irá, más bien, enfocado a una mejora económica que beneficie más a lo que se han denominado “Élites extractivas”: minorías que logran una participación mayor del crecimiento general que el resto de la población.

El presidente estadounidense, Donald Trump, ofrece una rueda de prensa convocada en respuesta a la

En segundo lugar, es difícil que se construya bien común en Estados Unidos. Sobre todo porque no es el objetivo del gobierno. Lo que se quiere es hacer grande EEUU y eso significa, para quienes lo promueven, que la riqueza del país se incremente, que tengan más entre todos, que crezca el PIB. Y esto no es lo mismo que el bien común, que es organizar la sociedad para que todos puedan desarrollarse como personas, lo que desde el punto de vista económico significa intentar lograr que todas las personas (hasta las más pobres) reciban unas rentas que les permitan un nivel de vida digno. Como todos sabemos, es difícil lograr un objetivo que no se persigue, puede dar la casualidad de que indirectamente se logre, pero no siempre sucede esto y, en todo caso, depende de otras circunstancias que se de esta coincidencia.

Ser el mejor

A la tercera cuestión, es decir, a si este gobierno puede beneficiar la gobernanza mundial y favorecer el bien común global, la respuesta es quizá más negativa que la anterior, porque no solo no se busca eso, sino que se quiere que EEUU esté por encima de los otros países, se quiere recuperar el número uno de la clase mundial, y para eso se necesita que a los otros les vaya peor o, al menos, no tan bien como a EEUU. Además se quiere expandirse también apropiándose o influyendo en otras zonas para sacar rédito propio. Para ser mejor, también es necesario compararse constantemente con el otro. Esta clase de política no es beneficiosa para los vecinos ni para el mundo (no hay más que ver las guerras provocadas por otros gobernantes que tienen los mismos objetivos para sus respectivos países). Parece que el bien común no va a ser el gran beneficiado del nuevo gobierno estadounidense.