Cardenal Cristóbal López Romero
Cardenal arzobispo de Rabat

Adiós, R21… pero “venga tu Reino”


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En este mes de diciembre aparece el último número de la revista R21, antes llamada Reinado Social. Desde hace 104 años, R21 ha estado anunciando y construyendo el Reino de Dios, es decir, proclamando que Jesús, el Cristo, es el Rey de la sociedad, que su mensaje es capaz de transformar y dar sentido no solo a la vida de las personas, sino también a su organización más elaborada y compleja: la sociedad.



Ahora la Congregación de los Sagrados Corazones, editora de la revista, ha decidido bajar la persiana. Imagino con qué dolor habrá sido tomada esta decisión, pero estoy seguro de que existen razones poderosas para ello.

Hay que dar un solemne y rotundo “gracias” a R21 por el servicio prestado a las comunidades cristianas y a la sociedad en general; un medio de comunicación es siempre un instrumento de información y de formación, una ayuda a las personas individuales y a las familias, grupos y movimientos.

Pero lo más importante es que, aunque la revista acabe, el Reino siga. La revista no era un fin, sino un medio; con otros instrumentos debemos seguir poniendo en evidencia que el Reino ya está en medio de nosotros y, al mismo tiempo, pidiendo y trabajando para que ese Reino venga en plenitud.

Me siento especialmente concernido por esta tarea, que fue la misión de Cristo y es la de la Iglesia y la de cada cristiano: anunciar y construir el Reino de Dios. Por algo elegí como lema episcopal Adveniat Regnum Tuum: “Que tu Reino venga”.

Creo que comprender que la Iglesia no es autorreferencial, que no se tiene a ella misma como objetivo, sino que es signo e instrumento (sacramento) del Reino de Dios, es una revolución copernicana: el Reino no gira alrededor de la Iglesia; es la Iglesia la que tiene que estar siempre al servicio del Reino.

Fraternidad universal

Construir el Reino es algo muy concreto y toca de cerca a nuestra vida de cada día: se trata de hacer un mundo, una sociedad, unas familias, unas personas… en las que reine la paz, la justicia, la libertad, la verdad, la vida y el amor. Y con el amor, la generosidad, la solidaridad, la amistad, ¡la fraternidad universal!: “Mi casa es el mundo; mi familia, la humanidad”.

Por eso, en esta despedida, digamos: “Adiós y gracias, R21, pero que venga tu Reino, Señor”.

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