Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

A los tres años de ‘Laudato si’’, ¿se ha apagado la moda de la ecología?


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La encíclica

Parece que julio es un buen mes para encíclicas, ya que no solo Humanae vitae cumple años por estas fechas. Firmada el 24 de mayo, solemnidad de Pentecostés, y presentada el 18 de junio de 2015 la encíclica ‘Laudato si’’ del papa Francisco fue la primera encíclica ecologista de la historia. De entrada, en su día, ya destacaban varios detalles: el rango de encíclica que está reservado para documentos clave del Magisterio de los pontífices, que el título dejase de lado el latín para citar el inicio de una conocida oración de san Francisco de Asís, la selección de un tema tan estrictamente teológico o pastoral…

Sin entrar en el texto, la propuesta de Francisco despertó a un colectivo y a una sensibilidad muy extendida hoy en día. La ecología ha pasado de ser una utopía de asociaciones minoritarias para convertirse en un eje der desarrollo, la economía, la política, la planificación estratégica de los recursos… y, desde hace tres años –gracias a este cualitativo impulso–, una llamada del Padre al “cuidado de la casa común”.

Este mensaje que redescubre Francisco y enfoca desde la ética cristiana está en sintonía con las grandes tradiciones religiosas. Con el judaísmo que imagina su paraíso originario como un mundo en el que rige principio vegetarianos. El budismo, en su dilatada historia, conserva los testimonio que nos han transmitido las inscripciones del emperador Ashoka por toda la India y que difunde, entre otras cosas, el valor molar del respeto a todos los seres vivientes, alentando la preocupación por el bienestar de los animales…

‘Laudato Si’’ le ha dado carta de naturaleza dentro de las filas católicas a la preocupación ecológica desde una perspectiva integral y humanista dentro del designio del Creador. Ha emparentado con toda una tradición que en el momento presente se vuelve más urgente que nunca.

El aniversario

Entre los actos organizados con motivo de este aniversario, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral organizó los días 5 y 6 de julio un encuentro con diferentes miembros de movimientos populares, de la sociedad civil y religiosa, de las iglesias, científicos, economistas y políticos con el objetivo de generar una mayor incidencia política de la cuestión ecológica. De hecho, en el encuentro se señalaron en rojo algunas de las citas importantes de encuentro entre los principales líderes mundiales.

En el encuentro también se hizo presente el papa Francisco para hacer un nuevo llamamiento a un “cambio radical a la altura de las circunstancias”. Un cambio que no está motivado por un irracional gusto estético por la naturaleza o por un esnobismo burgués. “Gracias por haberos reunido a escuchar con el corazón los gritos cada vez más angustiosos de la tierra y de sus pobres en busca de ayuda y responsabilidad, y para atestiguar la gran urgencia de acoger la llamada de la Encíclica a un cambio a una conversión ecológica”, señalaba Bergoglio al comienzo de su intervención resaltando la necesidad de comprender el sentido de la “economía integral”.

“Hay un peligro real de dejar a las generaciones futuras escombros, desiertos y suciedad”, advertía el Papa tres años después. En consecuencia, Francisco confía en “que esta preocupación por el estado de nuestra casa común se traduzca en una acción orgánica y concertada de ecología integral”. La mirada esta puesta entonces en “una transformación a un nivel más profundo, es decir, un cambio de los corazones, un cambio de las conciencias”.

¿Hace falta una motivación mayor?