Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

268 días de plena humanidad


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El embarazo humano dura una media de 268 días. Durante ese tiempo, el ser humano vive más unido que nunca a otro. Aún desconocemos la mayor parte de lo que sucede en la mente humana en esos 268 días. Como ha insistido el feminismo, la mujer no es un horno, sino que entre hijo y gestante se forma el más hondo vínculo social. No solo con su madre, sino con quienes le rodean y con la convivencia íntima entre sus padres. Es una vinculación crucial y, sin embargo, ha sido dramáticamente descuidada.



La principal razón de la desconsideración con el embarazo se halla en la histórica exclusión de la mujer en la vida pública. Pensar las ciudades, el empleo o la formación desde una plena presencia pública de mujeres embarazadas les hubiera dado otra forma. Y en esa desconsideración comienza el menosprecio de esos 268 días.

Existe, en cambio, una corriente mundial emergente que está revolucionando el aprecio por la gestación y todo el ciclo, desde que nos disponemos a la concepción hasta el período neonatal. Busca tomar plena conciencia de lo que está ocurriendo, asumir la realidad y profundidad de ese vínculo, cuidar las responsabilidades de los padres y también el enorme potencial de crecimiento que supone para todos: padres, familia y sociedad. Las madres y padres que prestan esa atención intensa a todo el proceso de crear una nueva vida humana experimentan un cambio radical en sus vidas, ahondan en lo que son y en sus capacidades, en su vinculación vital.

Nueva cultura de la gestación

Esos 268 días son fuente de solidaridad, humanización y espiritualidad para todos. Iluminan una nueva cultura de la gestación que debe ser incorporada a nuestra civilización. Es parte sustancial de la Sociedad de los Cuidados y la principal vía para detener tanta exclusión y destrucción.

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