Colombia recuerda a los Santos inocentes de la guerra, el abuso y el aborto

Aunque este año oficialmente el Día de los Santos mártires inocentes no aparece en el calendario litúrgico por coincidir con el de la Sagrada Familia, este 28 de diciembre Colombia recuerda a sus miles de niños víctimas de la violencia armada.

Juan Carlos Cárdenas, obispo de Pasto y presidente de la Comisión de comunicación del Episcopado, alertó sobre el reclutamiento forzado de niños y jóvenes en el país por grupos ilegales, instrumentalizándolos para actividades criminales, incluyendo el sicariato.

Para el prelado “el Día de los inocentes no es un simple recuerdo histórico”, sino hechos vigentes que tienen muchos rostros de los Herodes de hoy en diversas formas de violencia.

A este flagelo se suman las economías ilegales, la migración forzada y la extrema pobreza, en la que miles de niños caen, no solo en Colombia, sino en toda América Latina.

Víctimas de abuso

Cárdenas abordó otra de las tragedias que viven los niños y niñas de este tiempo: los abusos, cometidos tanto en espacios eclesiales como en otros espacios de la vida social y familiar. Un clamor que se escucha hasta el cielo y que exige de todos compromiso.

“En esta fiesta enviamos un mensaje de llanto profético y de compromiso radical para defender, cuidar y proteger la vida de los niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables”, indicó.

Recordando la carta del papa Francisco a los obispos en 2016, indicó que urge escuchar “el grito de dolor de estos niños”, reconociendo los pecados de abuso y encubrimiento para pedir perdón a las víctimas.

Por ello, atendiendo el llamado de León XIV, invitó a construir comunidades de confianza, capaces de transformar heridas en gracias. Es un horizonte pastoral impostergable que se enmarca en la llamada “cultura del cuidado”.

Sacrificar inocentes

El aborto es otra de las preocupaciones de Cárdenas, “es una de las expresiones más graves de la cultura del descarte”, aseveró, porque se sacrifica a los inocentes por ídolos como el dinero.

Frente a este flagelo, urge una auténtica conversión, para que el espíritu más genuino de la Navidad impulse a cada cristiano en América Latina a proteger la vida infantil con coherencia y valentía.

En este sentido invitó a tener “coherencia” empezando por la tolerancia cero contra cualquier forma de abuso. También combatir el trabajo infantil como el reclutamiento forzado “hay que desarrollar formas concretas de protección integral de la niñez más vulnerable”.

“Una señal inequívoca de querer la paz es respetar sin discusión la dignidad de los niños y cesar absolutamente su utilización como instrumentos de guerra y muerte”, finalizó.