¡Gracias!
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- Gracias, Marciano Vidal, por alumbrar, con la lámpara del Concilio Vaticano II, la teología moral católica.
- Gracias, Unidad Militar de Emergencia (UME), por no soltar de la mano a todas las familias valencianas afectadas por la DANA.
- Gracias, Avemarianas, por rociar con el perfume del evangelio a los barrios más olvidados de Albacete.
- Gracias, Clara Medina, por echar las redes en las redes, no para pescar, sino para dar testimonio del amor de Dios.
- Gracias, Hospital Nacional de Parapléjicos, por hacer patente que curar va mucho más allá de un tratamiento terapéutico.
- Gracias, Faustino Catalina, por tu incansable trabajo diario por la buena noticia.
- Gracias, Diana Navarro, por cantar al Dios de la vida para ayudarnos a rezar.
- Gracias, Paulino Alonso y laicos del comedor social Ave María de Madrid, por aterrizar la misión compartida que nos permite ser más fieles al proyecto de Dios.
- Gracias, Proyecto Repara, por no dejarnos caer en la tentación de mirar hacia otro lado ante los abusos en nuestra casa. Y, con ello, gracias a su coordinadora, Lidia Troya, por ser molesta para que ninguno nos movamos ni un milímetro del camino de la sanación y la reparación.
- Y, gracias, ‘The Chosen’, por ayudarnos a redescubrir en Jesús al gran influencer de nuestras vidas.
Darse a los demás
Estos han sido los diez galardonados en esta V edición de los Premios Carisma de la Conferencia Española de Religiosos. Todos ellos, hombres, mujeres e instituciones que no saben vivir sin darse a los demás. Cada uno desde su realidad, hacen visible la fraternidad humana que el papa Francisco nos ayudó a redescubrir en su encíclica ‘Fratelli tutti’ en 2020, año de la primera edición de estos galardones de la CONFER. La misma fraternidad que, ahora con hechos, nos ha mostrado León XIV en su viaje apostólico a Turquía y Líbano -del 27 de noviembre al 2 de diciembre-, donde tantos misioneros, también con mucho Carisma, nos enseñan, siendo una minoria creativa, que la fuerza de la Iglesia no está en los números.
