Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Dios descancelado


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El gran mérito de Rosalía Vila ha sido hacer sonar de nuevo la cuestión de Dios en la industria de la música, fórmula que lo estandariza todo. ‘Lux’ está siendo un acontecimiento no solo artístico, sino sociológico, porque rompe la homogeneidad cultural que había intentado cancelar a Dios.



En la cultura popular ha persistido lo sagrado. Recordemos las 10.000 procesiones cada Semana Santa en España, los 9,5 millones de eucaristías que se ofician al año en el país, las 2.500 escuelas católicas, las casi 20 universidades, las 40 editoriales o los 3.000 Bienes de Interés Cultural que ofrece la Iglesia. Pero es cierto que hay una parte significativa de la cultura que ha operado no solamente excluyendo la posibilidad de Dios, sino ridiculizando a quien piensa, crea o vive con referencia a Dios.

Ateísmo metodológico

Se pretende excluir la cuestión de Dios de la ciencia tal como la han formateado la industria editorial hegemónica y las consultoras de ránkings. La cancelación de la razón, creación o experiencia con Dios se experimenta desde hace muchas décadas en televisiones y medios mayoritarios, grandes instituciones del arte y la creación, los movimientos sociales, la izquierda política, el hipercapitalismo o casi todo el sistema educativo estatal. Se funciona con un ateísmo metodológico que considera lo religioso inaceptable, buscando su extirpación.

Rosalía, en Los 40 Music Awards

Rosalía, en Los 40 Music Awards

Lo común a todo el actual complejo y diverso fenómeno mundial de revitalización religiosa es su recuperación del misterio, el gusto por la celebración de lo eterno, la libertad abrahámica para sentir a Dios y la atención a la sabiduría religiosa. Descancelar a Dios en todos los ámbitos requiere un movimiento más extenso y hondo, pero es imprescindible si nuestra civilización no quiere morir. De todos modos, Dios es incancelable porque, si calláramos, hasta las piedras romperían a cantar.