José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Ex vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

Jóvenes: de turistas a profetas


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La escena es frecuente. Jóvenes en grupo que no se dirigen la palabra, porque sus ojos están fijos en la pantalla del celular, deslizándola para pasar de una imagen a otra, o texteando con dedos de ambas manos, a una velocidad asombrosa.



La inmediatez supera a la serenidad discursiva, y las figuras pasan como se observan desde un tren bala. Bueno, si no con esa rapidez, sí con la que los visitantes de un museo recorren, a grandes zancadas, las últimas salas, ya cansados de tanto arte explicado por grabaciones guías que no pueden comprender el hastío de quien ha observado demasiado talento en un solo recinto.

Este turismo es utilizado por el papa León XIV para llamar la atención de los jóvenes participantes en el Jubileo del Mundo Educativo -por cierto: ¿qué relación hay entre estos viajes al Vaticano, jubileos, y el camino sinodal que sigue en proceso- a quienes recordó sus años ya lejanos como docente. Prevost Martínez les ha invitado a utilizar la tecnología, no la demoniza, pero a no dejar que ella los utilice.

Me parece muy importante que el Papa, en vez de escandalizarse de los avances cibernéticos, pide que ellos sean aprovechados. Es una actitud muy conciliar, acorde a la herencia recibida por su predecesor, Francisco de Roma, quien insistió en aplicar las enseñanzas del Concilio Ecuménico Vaticano II pues, como ese magno evento eclesial lo especificó en su momento, se considera al mundo no como un enemigo, sino como un compañero de viaje.

León XIV, en el Jubileo del Mundo Educativo

Papa León XIV, en el Jubileo del Mundo Educativo

Es por ello que León XIV exhortó a los jóvenes con estas palabras: “Edúquense para humanizar lo digital, construyéndolo como un espacio de fraternidad y creatividad, no como una jaula en la que encerrarse. En lugar de ser turistas de la red, ¡sean profetas en el mundo digital!”.

El turista llega y se va, no se compromete, quizá regrese, pero no está garantizado. El profeta, al estilo de los personajes bíblicos veterotestamentarios, anuncia los valores del Reino de Dios; denuncia lo que va en contra de ellos; y acompaña al pueblo en su seguimiento de tales principios.

Ser profetas en la redes, entonces, no significará enviar mensajes con cadenas de oración, o estampitas cursis de santos en actitud orante. Será, más bien, promover los valores de ese Reino predicado por Jesús de Nazareth: visibilizando acciones en donde brille la justicia, la verdad, la paz y, sobre todo, el amor.

Pero también habrá que denunciar todo lo opuesto a esos valores: las fakenews y los mensajes de odio; los discursos polarizantes que solo buscan dividir y no unir; las campañas excluyentes, sobre todo de las diversidades: los llamados a la violencia, en especial contra migrantes y personas diferentes.

Y, como buenos profetas, los jóvenes, siempre en el horizonte de Prevost Martínez, están llamados a ser protagonistas no solo de su propia historia, sino de los procesos que la humanidad debe enfrentar en esta cambiante época.

Pro-vocación

Este pasado viernes celebramos el ‘Halloween’, y no faltan colegas que buscan contrarrestar esta fiesta con llamadas de atención sobre su paganismo, intentando suplantarlas vistiendo a los niños con ropajes propios de santos. Yo sigo repitiendo, como cada año, que estamos ante una oportunidad para la diversión de los peques, cuidados por sus padres y felices al pedir dulces a los vecinos. No veamos invasiones ideológicas con fines malévolos en donde no las hay.