León XIV proclama a san John Henry Newman como Doctor de la Iglesia

  • El Papa lo nombra también copatrono de todas las personas que forman parte del proceso educativo
  • “Su imponente estatura cultural y espiritual servirá de inspiración a las nuevas generaciones”, dijo en la misa con motivo del Jubileo de la Educación

León XIV

San John Henry Newman ya es Doctor de la Iglesia. León XIV ha presidido esta mañana, Solemnidad de Todos los Santos, en la plaza de San Pedro, la celebración eucarística y el rito de proclamación del cardenal inglés entre los doctores de la Iglesia con motivo del Jubileo del Mundo Educativo.



“Es una gran alegría inscribir a san John Henry Newman entre los doctores de la Iglesia y, al mismo tiempo, con motivo del Jubileo del Mundo Educativo, nombrarlo copatrono, junto con santo Tomás de Aquino, de todas las personas que forman parte del proceso educativo”, ha comenzado diciendo el Papa en su homilía.

Para el Pontífice, “su imponente estatura cultural y espiritual servirá de inspiración a las nuevas generaciones, con un corazón sediento de infinito, dispuestas a realizar, por medio de la investigación y del conocimiento, aquel viaje que, como decían los antiguos, nos hace pasar ‘per aspera ad astra’, es decir, a través de las dificultades, hasta las estrellas”.

La esperanza, una semilla indispensable

Según sus palabras, “la vida de los santos nos da testimonio de que es posible vivir apasionadamente en medio de la complejidad del presente”.

Por eso, “en esta solemne ocasión, deseo repetir a los educadores y a las instituciones educativas: gracias a la autenticidad de su compromiso en la investigación coral de la verdad, a su coherente y generoso compartir, a través del servicio a los jóvenes, particularmente a los pobres”.

Como ha recordado Robert Francis Prevost, “el Jubileo es una peregrinación en la esperanza y todos ustedes, en el gran campo de la educación, saben bien cuánto la esperanza sea una semilla indispensable”. “Cuando pienso en las escuelas y en las universidades, las considero como laboratorios de profecía, en donde la esperanza se vive, se manifiesta y se propone continuamente”, ha aseverado.

Del mismo modo, ha continuado con un deseo: “¡Ojalá que nuestras escuelas y universidades sean siempre lugares de escucha y de práctica del Evangelio!”.

Huir del pesimismo

Por otro lado, el Papa ha invitado a los educadores a huir del pesimismo. “A veces, los retos actuales pueden parecer superiores a nuestras posibilidades, pero no es así. ¡No permitamos que el pesimismo nos venza!”, ha exclamado.

En este sentido, León XIV ha proseguido: “Desarmemos las falsas razones de la resignación y la impotencia, y difundamos en el mundo contemporáneo las grandes razones de la esperanza. Contemplemos y señalemos esas constelaciones que transmiten luz y orientación en nuestro presente oscurecido por tantas injusticias e incertidumbres”.

Por eso, “los animo a hacer de las escuelas, las universidades y toda realidad educativa, incluso informal y callejera, los umbrales de una civilización del diálogo y la paz”, ha añadido.

John Henry Newman

John Henry Newman. Foto: Vatican News

El objetivo: la santidad

Por su parte, el Pontífice ha señalado que “la contribución que cada uno tiene para ofrecer es de un valor único, y la tarea de las comunidades educativas es alentar y valorar esa contribución”.

“No lo olvidemos: en el centro de los itinerarios educativos no deben estar individuos abstractos, sino personas de carne y hueso, especialmente aquellas que parecen no producir, según los parámetros de una economía que excluye y mata. Estamos llamados a formar personas, para que brillen como estrellas en su plena dignidad”, ha subrayado.

Por último, el Papa ha recordado a los presentes el objetivo de todo cristiano: la santidad. “La educación, desde la perspectiva cristiana, ayuda a todos a ser santos. Nada menos. Y la santidad se propone a todos, sin excepción, como un camino personal y comunitario trazado por las Bienaventuranzas. Rezo para que la educación católica ayude a cada uno a descubrir su vocación a la santidad”, ha concluido.

Constructores de unidad

Al finalizar la eucaristía, León XIV ha rezado el ángelus junto a los presentes en la plaza de San Pedro. Antes de la oración mariana, ha agradecido a los peregrinos su presencia y ha señalado que “el misterio de la comunión con los santos nos recuerda que el destino final de la humanidad es una gran celebración con todos, reconociendo la belleza multiforme de los rostros, todos diferentes y semejantes al rostro de Cristo”.

“Mientras esperamos esta felicidad futura”, ha concluido el Papa, “se hace más grande el contraste doloroso con los dramas que la familia humana está sufriendo a causa de las injusticias y de las guerras”. Ante ello, “tenemos el deber de ser constructores de unidad”.

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