El Vaticano “pausa” el proceso de canonización de Isabel la Católica “por prudencia política”

Como ya adelantó ‘Vida Nueva’ hace dos años, el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, reconoce que la Secretaría de Estado ha congelado la iniciativa

Luis Argüello, en la Universidad Católica de Ávila

El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha reconocido por primera vez en público las dificultades para lograr que la reina Isabel la Católica sea elevada a los altares. “La Secretaría de Estado aconsejó, por razones de prudencia política, ponerlo en pausa, que no clausurarlo”, ha reconocido hoy el prelado. Aun así, ha dejado abierta una puerta a la esperanza, apostillando que el proceso sigue “activo”. De esta manera, se confirma la información publicada por ‘Vida Nueva’ hace dos años y que fue cuestionada en algunos foros.



Argüello se ha manifestado en estos términos durante la primera sesión del II Ciclo de Conferencias sobre la monarca, organizado por la Universidad Católica de Ávila (UCAV), bajo el título ‘Promoción política y cultural. Personas e instituciones en la época de Isabel la Católica’.

Vida y virtudes

En su alocución, el presidente de los obispos ha detallado que durante los últimos años se ha comprometido con la difusión de la vida y virtudes de Isabel la Católica con el fin de que la Iglesia la reconozca oficialmente como “beata o santa”, un empeño que exige, entre otras cosas, “cultivar la devoción” hacia ella.

A la vez, Argüello ha subrayado cómo Isabel la Católica y su papel en América “no puede explicarse sin más desde la categoría de conquista”. En este sentido, subrayó que “en el siglo XVI España logra el germen de los derechos humanos al afirmar que todos los indígenas tienen alma, como los españoles”.

Luis Argüello, en la Universidad Católica de Ávila

Luis Argüello, en la Universidad Católica de Ávila

Este reconocimiento de la dignidad de los pueblos originarios se tradujo en el mestizaje entre españoles e indígenas, frente al planteamiento colonizador de anglosajones y franceses. En esta concepción, el arzobispo considera que fue clave el papel de la reina, en tanto que consideró “a los indígenas como súbditos de la corona, con los mismos derechos los que están en un lado del Atlántico y los que están en otro”. “Los súbditos de mi reino ninguno son esclavos”, llegó a asegurar Isabel la Católica a Hernán Cortes.

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