Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

De una política profesional a una política hecha por profesionales


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Para lograr realizar esa política eficaz de la que hablaba la semana pasada, creo que, más que políticos profesionales, necesitamos profesionales que hagan política. Digo esto porque, con frecuencia, las personas que están en la política se especializan en ella. Sus habilidades tienen que ver más con la organización del partido y con mantenerse en su estructura interna que en gestionar una organización como puede ser el Estado.



Con demasiada frecuencia, ministros, consejeros, concejales y otros cargos son responsables de departamentos de los que no tienen ni idea y en cuyos campos no han trabajado nunca con anterioridad. ¿Le daríamos un departamento de medicina en una universidad a alguien que no sabe nada de esta materia? ¿Podría ser el encargado de las finanzas de una empresa alguien que no supiese nada de contabilidad ni de matemáticas? Seguramente, no. Sin embargo, sí que nombramos como responsables de un Ministerio de Salud,a personas que solamente se han acercado al mundo sanitario cuando han caído enfermas previamente, o del Ministerio de Obras Públicas a personas que solamente han sido usuarias de las infraestructuras, pero que nunca han hecho nada en ese sector.

Que tenga esto en cuenta

Me gustaría un partido que tuviese esto en cuenta. Que nos dijese quiénes son sus profesionales que van a poder acceder a los cargos de responsabilidad. Que velase para que aquellos que dirigen los principales departamentos del Gobierno sean verdaderos profesionales en aquello que van a coordinar mientras están en el Gobierno nacional, regional o municipal.

Sesión parlamentaria en el Congreso de los Diputados

Sesión parlamentaria en el Congreso de los Diputados

Algunos nos dicen que los principales responsables de los departamentos no tienen por qué saber de lo que en ellos se hace, que para eso ya tienen a sus asesores. Pero creo que hay dos asuntos que desmontan este argumento de una manera muy sencilla. El primero es que, si alguien no sabe nada o casi nada sobre una materia, tampoco va a saber bien quién lo tiene que asesorar. Para elegir buenos asesores, debo conocer algo de la materia ante la que me enfrento. En segundo lugar, si tan bueno es el asesor para ayudar a un ministro que no sabe nada sobre el tema, ¿no será mejor poner al asesor en el puesto de responsabilidad y dejar que el otro posible ministro, consejero o concejal se mantenga en campos en los que tenga más conocimiento?

Ofrecer puestos de responsabilidad a personas que no tienen conocimientos del campo para el que se les reclama creo que es una gran irresponsabilidad. Necesitamos partidos políticos que tengan esto claro, que busquen buenos profesionales que estén en línea con lo que el partido proclama y, a partir de esas ideas, pongan todos sus conocimientos y experiencia al servicio de la sociedad que gobiernen.