Pliego
Portadilla del Pliego, nº 3.431
Nº 3.431

Sinodalidad: por qué no y por qué sí

Ante la llegada del nuevo Papa, algunos esperaban que se relajara un poco el tema de la sinodalidad. En cambio, el papa León expresó su firme deseo de continuar en el camino de la sinodalidad.



Por ejemplo:

“La sinodalidad debe convertirse en mentalidad, en el corazón, en los procesos de decisión y en los modos de actuar” (Discurso a los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana, en el Aula de las Bendiciones, 17 de junio de 2025).

“… Deseo asegurarles mi intención de continuar el compromiso del papa Francisco de promover el carácter sinodal de la Iglesia católica” (Discurso a los representantes de otras iglesias y comunidades eclesiales y de otras religiones, en la Sala Clementina, 19 de mayo de 2025).

Impulso con ‘Evangelii gaudium’

Pero ¿cuándo surgió este interés especial? La cuestión de la sinodalidad cobró mayor impulso con la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’, aunque el papa Francisco solo lo había mencionado allí muy brevemente. Volvamos, pues, a la ‘Evangelii gaudium’, y es importante destacar que el propio papa León, en su ya mencionado Discurso a los obispos de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), declaró: “Ante todo, se necesita un renovado impulso en la proclamación y transmisión de la fe. Se trata de poner a Jesucristo en el centro y en el camino indicado por Evangelii gaudium”.

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Y dirigiéndose al Colegio cardenalicio el 10 de mayo, se refirió al “camino que la Iglesia universal viene recorriendo desde hace decenios tras el Concilio Vaticano II. El papa Francisco ha recordado y actualizado magistralmente su contenido en la exhortación apostólica ‘Evangelii gaudium’, de la que deseo destacar algunos puntos fundamentales: el retorno al primado de Cristo en el anuncio (cf. n. 11); la conversión misionera de toda la comunidad cristiana (cf. n. 9); el crecimiento de la colegialidad y la sinodalidad (cf. n. 33)…”.

Aprender de los hermanos orientales

Pero, en realidad, en ‘Evangelii gaudium’, el papa Francisco habló poco sobre la sinodalidad. Solo dijo que podemos aprender de nuestros hermanos y hermanas orientales “su experiencia de sinodalidad” (246). Cabe aclarar que, en este caso, se trata precisamente de una referencia a la sinodalidad estrictamente episcopal, entre obispos. Sin embargo, esta breve referencia a la sinodalidad ha impulsado una serie de iniciativas hacia una reforma sinodal de toda la Iglesia.

“Caminar juntos”

Es cierto que muchos laicos han acogido con entusiasmo la propuesta de la sinodalidad como un camino de participación, un “caminar juntos”, donde los laicos tienen mayor voz. Pero muchos sacerdotes experimentan dudas, cuestionamientos, desinterés y rechazo a la propuesta. Algunos grupos encuentran malas intenciones detrás de este proceso sinodal y lo rechazan categóricamente. Por eso, es importante separar el trigo de la paja. Para ello, es mejor empezar por tomar en serio las críticas y la desconfianza.

Por eso, ahora veremos primero por qué debemos decir “no” a la sinodalidad, porque es comprensible que sea rechazada, y luego veremos por qué debemos decir “sí” a la sinodalidad, sumándonos al sí que nuestro papa León reiteró con fuerza.

(…)

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Índice del Pliego

SINODALIDAD. ¿POR QUÉ NO?

  1. Sinodalidad doctrinal
  2. La sinodalidad como democracia elitista
  3. La sinodalidad como brazo de la jerarquía
  4. Sinodalidad endogámica
  5. Sinodalidad metodológica
  6. La sinodalidad como carga inútil, apariencia que hay que mostrar
  7. Homogeneización universal

SINODALIDAD. POR SUPUESTO QUE SÍ

  • Por qué la sinodalidad puede enriquecer el ministerio ordenado
  • Transformación misionera hacia los alejados
  • Todos en misión