Obispos de la frontera México-Estados Unidos orientan a los católicos acerca de las maneras de ser solidarios con los migrantes

Luego del encuentro binacional ‘Migrantes, peregrinos de esperanza en Cristo’, piden “resistir a la apatía y, en cambio, con valentía y esperanza, actuar para vivir verdaderamente el amor de Cristo que trasciende fronteras”

Obispos México y EEUU

Luego de participar en el encuentro binacional ‘Migrantes, peregrinos de esperanza en Cristo’, obispos de la frontera México-Estados Unidos pidieron a los católicos “resistir a la apatía y, en cambio, con valentía y esperanza, actuar para vivir verdaderamente el amor de Cristo que trasciende fronteras” y comprometerse a ser solidarios con los migrantes.



Los obispos de México que participaron en el encuentro efectuado en San Luis Río Colorado, Sonora, México, el 12 de octubre son Eugenio Lira de la Diócesis de Matamoros-Reynosa; José Luis Cerra de Nogales y Enrique Sánchez de Mexicali; de Estados Unidos estuvieron Gerald F. Kicanas, administrador apostólico de Tucson; John P. Dolan de Phoenix; Gregory W. Gordon de la Arquidiócesis de Las Vegas; Felipe Pulido de San Diego; Alberto Rojas de San Bernardino; el padre Francisco Alanis de la Arquidiócesis de Santa Fe, el padre Luke Barder de la Arquidiócesis de Denver; Javier Cervantes en representación de Colorado Springs y James Heiser representando a Cheyenne.

Los obispos reconocieron a los migrantes y refugiados como “nuestros compañeros de viaje… su dignidad inherente e inviolable que ninguna autoridad terrenal puede negar, y mantenemos nuestro compromiso de acompañarlos siguiendo los pasos del Buen Samaritano“.

Vigilia pública por los migrantes el 22 de octubre: Día católico de acción

Asimismo, enfatizaron el reconocimiento de los siguientes derechos: a la vida, “que precede a todos los demás derechos y sobre el que se fundamentan todos los demás derechos inalienables de las personas”; a existir con dignidad y a prosperar como familia; a quedarse en su tierra natal, y allá disfrutar una vida de dignidad, paz y prosperidad; a migrar cuando no se dan las condiciones necesarias para una vida digna; “la responsabilidad de las naciones de regular la inmigración, en coherencia con el bien común y el respeto a la dignidad de todos; y a buscar protección y su deber de respetar a la comunidad que los acoge“.

Migrantes llegan a Estados Unidos

Migrantes llegan a Estados Unidos. Enero 2024. Foto: EFE

En ese contexto los obispos guiaron a los feligreses para que lleven a cabo las siguientes acciones a favor de los migrantes y los refugiados:

  • Encuentro y Acompañamiento: Salir al encuentro y escuchar a nuestros hermanos y hermanas migrantes acompañándolos en sus necesidades y desafíos, en sus esperanzas y sus posibilidades.

  • Fortalecimiento del tejido comunitario: Generar espacios de trabajo y diálogo mutuo. En México: organizar conversatorios locales para la paz. En Estados Unidos: reunir a personas con experiencias de migración y a quienes están más alejados de estas realidades.

  • Oración ferviente y defensa: Orar y defender fervientemente la seguridad y el bienestar de las personas migrantes y refugiadas. Orar por los miembros de las fuerzas del orden público y animarlos a reconocer siempre la dignidad humana de quienes encuentran y actuar según lo que les dicta su conciencia.

  • Oración constante por los gobernantes: Orar por los legisladores en Estados Unidos y México y abogar para que implementen leyes y políticas que promuevan la seguridad de las personas que huyen de la violencia, respeten la dignidad de las personas migrantes y refugiadas, y defiendan la santidad de la unidad familiar.

  • Vigilia pública: Siguiendo el espíritu del Año Jubilar, organizar una vigilia católica para personas migrantes. En Estados Unidos: seguir la guía de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y quienes están en México: usar el material preparado por la Diócesis de Mexicali. Considerar planearlo el 22 de octubre, Día Católico de Acción, o en otras fechas simbólicas en las semanas y meses que vienen”.

En la Iglesia nadie es forastero

Los obispos recordaron en su mensaje que “en la Iglesia, nadie es forastero, y la Iglesia no es ajena a nadie, en ningún lugar. La esperanza que recibimos por medio de Cristo y el amor que Él tiene por cada uno de nosotros trasciende toda frontera, toda barrera y toda fuente de división. Como miembros de su Cuerpo Místico, hermanas y hermanos en Cristo, aspiramos a vivir lo que Él enseñó. Con ese mismo espíritu, recordamos a nuestros hermanos y hermanas que viven con miedo, enfrentando una retórica deshumanizante, políticas diseñadas para intimidar y decisiones imposibles“.

Asimismo, señalaron estar “atentos a las realidades locales, que muestran el impacto de las políticas y prácticas de ambas naciones. Muchas personas en movimiento se encuentran lejos de aquí, obligadas a regresar e ignoradas por políticas que las retienen o las devuelven a situaciones de peligro y de inestabilidad”.

Para los obispos, los sistemas migratorios de ambos países son deficientes pues niegan la oportunidad de acoger a migrantes y refugiados “como nuevos miembros de nuestra comunidad dada la falta de opciones limitadas para migrar. Ahora no es momento de complacencia ni conformismo, sino de ser aún más proactivos en nuestra labor pastoral y profética de encuentro y acogida con quienes se ven obligados a vivir en las sombras”.

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