Cuando la “acogida integral” al peregrino del Camino de Santiago comienza con un masaje en los pies

  • La dominica Elena Hernández es una de las ponentes en el Seminario de Ecología Integral, que empieza hoy
  • El Departamento de Ecología Integral de la CEE organiza las jornadas en colaboración con la Fundación Pablo VI y con Enlázate por la Justicia

Dominicas en el Camino de Santiago

Este lunes 22 de septiembre por la tarde, la Fundación Pablo VI, en Madrid, alberga la primera sesión del Seminario de Ecología Integral. Organizado por el Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española en colaboración con la propia Fundación Pablo VI y con la red Enlázate por la Justicia, esta edición se centrará en torno a ‘El Camino de Santiago como itinerario cultural, natural y espiritual para la construcción de la identidad europea’.



Además de esta primera sesión, habrá otras dos, el 29 de septiembre y el 1 de octubre. Y en todas ellas, como se plantea en la convocatoria del encuentro, se reivindicará el Camino de Santiago como un espacio idóneo, en un mundo fracturado por “una crisis global multidimensional, ecológica, social, económica, geopolítica y espiritual”, para “recuperar la vigencia de esos valores de cuidado, de fraternidad y de encuentro; de cooperación, de integración de culturas y pueblos; y de unidad espiritual, para la construcción de una nueva humanidad”.

Diferentes testimonios

Para ello, a lo largo de las tres jornadas, ofrecerán su testimonio distintos representantes civiles y eclesiales cuya experiencia en el Camino de Santiago es más significativa. Por la Universidad de Santiago de Compostela estarán Melchor Fernández, director del Departamento de Fundamentos de Análisis Económico, y Lucrezia López, directora del CETUR (Centro de Estudios e Investigaciones Turísticas).

Además, participarán Victoria Martín de la Torre, doctora en Ciencias Sociales y Estudios Europeos; José Ramón Amor Pan, director académico de la Fundación Pablo VI y delegado episcopal para el servicio del Desarrollo Humano Integral en la Archidiócesis de Santiago de Compostela; el arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto; y el director del Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, Eduardo Agosta.

Dominicas en el Camino de Santiago

Otra de las charlas, el 1 de octubre, correrá a cargo de Elena Hernández, religiosa de la Congregación Romana de Santo Domingo, que impulsa un proyecto que fomenta el acompañamiento y el cuidado integral del peregrino en la localidad burgalesa de Hontanas.

Una etapa dura

En conversación con Vida Nueva, Hernández explica los puntos principales de la iniciativa: “El objetivo clave es ofrecer una acogida integral a los peregrinos del Camino que cubren esa etapa y descansan en el pueblo. Pese a que es pequeño, cuenta con varios albergues y hostales, pues es un recorrido duro, de unos 30 kilómetros, y vienen muy cansados”.

Gracias a la Diócesis de Burgos y a la parroquia local, que les ofrecen su apoyo desde que empezaran el proyecto en 2015, “podemos acompañar de ese modo a muchas personas que, por lo que hemos ido comprobando en esta década, suelen ir solas y tienen fuertes motivaciones que les han llevado a peregrinar”.

Distribuidas en equipos de voluntarios (este año han sido 32, entre laicos, dominicas y religiosas de otras congregaciones), ofrecen esta presencia durante tres meses, entre mayo y julio. A todos los que a diario pasan por Hontanas, les ofrecen lo mismo: “Ante todo, una experiencia comunitaria, que fomentamos nosotros mismos, por la mañana, con tiempos de oración y momentos de compartir. Por la tarde, ya con los peregrinos, en la plaza del pueblo, les damos una acogida física que empieza por un masaje en los pies”.

Un rato de escucha

En ese momento o luego, dando un paseo, si así lo desean, “tenemos un rato de escucha, donde pueden abrirse y dejar salir sus preocupaciones. Y, finalmente, ya en la iglesia, tenemos un tiempo de oración en distintas lenguas (vienen muchos extranjeros) y que gira en torno al agua, centrado en el pasaje evangélico del encuentro de Jesús con una samaritana en la fuente”. Ese último rito, “con cantos y diversas lecturas del Evangelio, se culmina con el signo de una danza de la bendición para su ruta del día siguiente”.

Como explica la dominica, “es un proceso muy bonito y que deja encantada a la gente que quiere participar, ya sean o no creyentes. Perciben que se les ofrece una acogida integral, que va de lo físico a lo espiritual, y de un modo completamente gratuito, pues damos gratis lo que hemos recibido gratis: el Evangelio. Además de que, aunque se trata de personas a las que solo vemos un día y de las que ya nunca más sabemos de ellas, todos sentimos esa experiencia comunitaria y de profunda alegría que nos ha unido por unas horas”.

Dominicas en el Camino de Santiago

Como concluye la dominica, “todo surgió hace diez años después de mi experiencia acompañando a jóvenes en el Camino. Sentía cómo, a pesar de que muchos no eran creyentes, no eran indiferentes al peso histórico de una peregrinación cargada de numerosos símbolos espirituales… Por eso, una vez que, por la elevada edad de nuestra comunidad, ya no nos era posible continuar con esa pastoral juvenil, pensamos en la posibilidad de hacernos presentes de un modo fijo en una etapa del Camino”.

Al principio, “solo era por una semana, pero, diez años después, contando con mucha gente implicada, ya estamos tres meses”. Sin duda, la semilla está germinando: “Me quedo con la cara que pone la gente cuando les decimos que les vamos a dar un masaje en los pies… Tras esa sorpresa inicial, llega todo lo demás. Una acogida verdaderamente integral”.

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