“Jesucristo es absolutamente lo contrario de lo que se predica en la Iglesia”. Así de tajante se ha mostrado el cineasta Alejandro Amenábar en una reciente intervención en la SER, en la que ha recordado, además, su paso por un colegio religioso: “Yo me he criado en un colegio religioso, sin ser mis padres demasiado religiosos, pero he vivido la religión, la disciplina religiosa, la he vivido y la conozco perfectamente, he estado interno diez años en los padres Escolapios”.
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“Es un tema que me llama la atención”, continúa, ampliando su reflexión más allá de lo estrictamente religioso. Para él, las dinámicas de creencia atraviesan muchos ámbitos: “No solo hay religión religiosa, está la religión del fútbol, está la religión de la política. Es decir, la capacidad que tenemos muchas veces de autoengañarnos y de cómo nuestras ideas prevalecen sobre nuestra humanidad. Eso es algo que me llama mucho la atención”.
Si Jesús volviera…
La anécdota que compartió en el Congreso de los Diputados, en el marco del 20º aniversario de la aprobación del matrimonio igualitario, da cuerpo a esta idea. Allí escuchó a una abogada activista, lesbiana, contar con humor una historia dolorosa: cómo su propio padre fue capaz de rechazarla a ella y a su hijo, su nieto. Amenábar no esconde su estupor: “Lo que son las ideas y cómo son capaces de nublarte la vista de tal manera que te hacen rechazar a tu hija”. Y añade con contundencia: “Desgraciadamente la religión tiene mucho que ver con eso”.
El director, sin embargo, no se queda en la crítica: “Cuando vuelvo, y vuelvo habitualmente al Nuevo Testamento, a la predicación de Jesucristo, veo que es literalmente absolutamente lo contrario de lo que veo actualmente practicarse y predicarse en la Iglesia”. “Si Jesús volviera hoy en día, lo del templo, aquello que hizo, no te digo la que liaría en el Vaticano”, concluye.
