León XIV pide a Bangladés una “cultura de armonía” frente a la desconfianza y la violencia

En un mensaje al encuentro interreligioso, el Papa alerta contra “el gran riesgo de que la cizaña ahogue la paz” y recuerda que la verdadera amistad entre religiones se mide en el servicio a los más vulnerables

León XIV pide a Bangladés una “cultura de armonía” frente a la desconfianza y la violencia

“Donde otros han sembrado desconfianza, nosotros elegimos la confianza; donde otros alimentan el miedo, nosotros buscamos la comprensión”. Con estas palabras, el papa León XIV ha animado a los participantes en la ‘Conferencia sobre el diálogo interreligioso y la armonía’ que se celebra en Bangladés a perseverar en la construcción de una cultura de paz y fraternidad.



En el mensaje, difundido este 6 de septiembre, el Pontífice felicitó a los organizadores por haber escogido como lema ‘Promover una cultura de armonía entre hermanos y hermanas’. “Todos somos hijos de Dios y, por tanto, hermanos”, recordó, subrayando que “como una sola familia, compartimos la oportunidad y la responsabilidad de seguir alimentando la armonía y la paz”.

El Papa explicó que la cultura puede entenderse como un rico patrimonio de tradiciones, pero también como un “ecosistema social” que, bien cuidado, permite que las comunidades prosperen en paz. “Necesita la luz de la verdad, el agua de la caridad y la tierra de la libertad y la justicia. Cuando se descuida, los prejuicios y los extremismos ahogan la paz”, advirtió.

Leon Xiv Angelus

La civilización del amor

León XIV subrayó que el diálogo entre religiones debe traducirse en acciones concretas: “Una medida genuina de la amistad interreligiosa es nuestra disposición a ponernos juntos al servicio de los más vulnerables”. En este sentido, elogió la solidaridad mostrada en Bangladés en momentos de catástrofes naturales o tragedias, cuando creyentes de distintas confesiones se unieron en oración y ayuda mutua.

El mensaje concluye con un compromiso renovado: “Cada proyecto compartido, cada comida fraterna, cada gesto de cortesía hacia un vecino de otra religión son ladrillos de lo que san Juan Pablo II llamó una ‘civilización del amor’”.

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